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Rebelión, Gara y Sudán del Sur

Lunes.18 de julio de 2011 1265 visitas - 1 comentario(s)
Documentado estudio que revisa críticamente la secesión de Sudán del Sur. #TITRE

Pedro Prieto - Rebelion.org

La información que publica Rebelión el 10 de julio de 2011, titulada Nace oficialmente la nueva República de Sudán del Sur y que reproduce textualmente de una noticia del diario Gara, hace un flaco servicio a Rebelión y a los que intentan pensar de forma independiente, por publicar reproducciones de este tipo de forma tan acrítica.

No es inocente que este diario vasco, que orienta gran parte de su actividad a la, por otra parte, legítima búsqueda de la autodeterminación y la independencia del país vasco, haya dado pie a incorporar como un logro la secesión o independencia (¡la semántica!) de un fragmento de un país lejano y remoto, aunque sea el de mayor superficie de África (hasta ahora) y del que jamás nos cuentan nada que no sean barbaridades y despropósitos con intereses bastardos las más de las veces.

Este artículo está redactado de forma muy aséptica, con la intencionalidad de mostrar a los líderes que se alzan con el poder en el nuevo Sudán del Sur como “luchadores por la libertad” y protectores de “un Estado multiétnico y multicultural”.

El artículo sigue curiosamente, en este caso, la línea de los grandes medios de difusión occidentales, que también han jaleado y promovido esta independencia, algo sorprendente para un diario “contestatario” como Gara, generalmente opuesto a la supremacía e imposiciones de los poderosos sobre los débiles. Así, declara que “decenas de miles de personas” han estallado en gritos de júbilo y hasta han comenzado a llorar (de alegría, se supone) y que ha habido “diversos desfiles militares y demostraciones folclóricas”.

Se me hace de muy difícil digestión esta versión de Gara, describiendo de forma aparentemente neutral, pero en definitiva, como un verdadero logro desfiles militares y manifestaciones folclóricas en Sudán, de tan infausto recuerdo en nuestro propio país. Es evidente, que a Gara le ha movido mucho más el ansia de demostrar las posibilidades de segregación e independencia de regiones de un conjunto superior, que el análisis objetivo y más serio de lo que hay o puede haber detrás de la promoción de esa independencia.

Acaba el artículo panegírico con un colorín colorado que realmente produce algo de sonrojo y vergüenza ajena:

Juba, la capital del país, que ha duplicado su población durante estos días, ha sido remozada y adornada con pancartas y letreros en los que se anuncia que Sudán del Sur es "al fin libre".

O sea, que como tienen bandera propia y límites geográficos teóricamente reconocidos, ya son “al fin libres”.

Al que suscribe se le ocurren algunas otras claves que podrían ayudarnos a descifrar la independencia de la República de Sudán del Sur. Vamos a ellas:

En primer lugar, quizá fuese conveniente empezar con un poco de historia energética.

En efecto, Sudán, que era un país pobre y sin aparentes recursos energéticos, comienza a explotar petróleo hace pocos años. Concretamente, según el Statistical Review of World Energy de la multinacional British Petroleum, en el año 1993, pero el verdadero salto productivo arranca con el nuevo siglo y de la
mano de empresas chinas.

En pocos años, este desconocido país se coloca con una producción de medio millón de barriles diarios, un volumen muy considerable, teniendo en cuenta los numerosos países productores que están ya en declive.

Gráfico 1. Producción petrolífera de Sudán. Fuente: Energy Export Databrowser, tomado de BP

Resulta curioso observar cómo las matanzas de Darfur comenzaron en 2003, bastante en coincidencia con los descubrimientos y puestas en producción de los yacimientos petrolíferos más importantes de Sudán.

Aunque en este caso British Petroleum no ofrece datos más que de la producción de petróleo y dice no tener datos del consumo interno, la Energy Information Administration (IEA) de EE.UU. sí ofrece datos de producción, consumo y por diferencia, exportaciones.

Se ve claramente en este caso que aparte de un consumo testimonial para transporte interno de algunas mercancías que debían servir para exportaciones, en la era previa a la explotación sistemática del petróleo el aumento del consumo interno, como en casi todos los países productores sometidos al dictado de los que poseen la tecnología y los medios de extracción, transporte y comercialización, se debe fundamentalmente al autoconsumo de la industria petrolífera y no a la mejora de las condiciones de
vida de sus ciudadanos.

Gráfico 2. Producción, consumo y exportaciones de crudo de Sudán. Fuente: EIA

Un artículo de la página web especializada en energía The Oil Drum (www.theoildrum.com), titulado “la partición de Sudán puede aumentar la producción de petróleo”, aporta algunos elementos claves que quedan generalmente fuera del escrutinio de los medios occidentales y esta vez, lamentablemente también fuera del artículo de Rebelión y Gara. Veamos algunos de ellos:

1. La Agencia para la Información de la Energía de EE. UU. (EIA, por sus siglas en inglés), hace notar que en 2009 las exportaciones de petróleo representaron más del 90% de los ingresos del exterior. El país opera fundamentalmente con combustibles de renovables (leña, paja, bosta de animales, etc.) y desechos
orgánicos, lo que refleja la situación de la mayor parte de la población del país. Por ello, cantar alegorías a que el sur del país “es libre, por fin”, cuando se están extrayendo de forma tremenda medio millón de barriles diarios que terminan en consumos ajenos, es, cuando menos, un sarcasmo.

2. Se ve que la producción de petróleo comienza a dispararse cuando el oleoducto de 1.600 Km se pone en funcionamiento. Éste es un gran trabajo de chinos, realizado en condiciones muy duras y que atraviesa el país desde donde se encuentran la mayor parte de los yacimientos, en el Sur ahora independizado, hasta Port Sudan, donde se ubica la terminal de embarque del crudo, en el Mar Rojo, en la que ahora es el
Sudán del norte desgajado.

3. El oleoducto fue construido por la Greater Nile Petroleum Operating Company (GNPOC), que está participada en un 40% por la China National Petroleum Corporation (CNPC), que es la empresa que opera el oleoducto.

4. Ésta ha sido, sin duda, una fuente enorme de disputas. La generación de flujos monetarios importantes y la forma en que se intentaba pillar un trozo de la tarta que venía del cielo, es lo que ha hecho que los
principales beneficiarios (los grandes consumidores y empresas multinacionales explotadoras), hayan manipulado groseramente los conflictos étnicos y religiosos en su propio interés. Es algo que casi siempre sucede donde hay recursos en países sin desarrollar. En este caso resulta tan evidente que el silencio, cuando no el aleluya de Gara a que haya ganado una cierta parte explotadora y venda la independencia
como un logro, cuando lo que busca es la estabilidad de su explotación de los recursos ajenos, resultan verdaderamente incomprensibles.

5. Para curarse de la creencia de que la independencia de Sudán del Sur es una obras de luchas de nacionales, de carácter étnico o religioso, para lograr “ser libres al fin”, como suelta Gara en su artículo, basta con ver el mapa de Sudán, la redistribución con la partición en dos países y las localizaciones de los principales yacimientos y recursos petrolíferos y el trayecto que sigue el actual oleoducto. Es una cura radical contra los creyentes en los pajaritos embarazados y una vuelta a una visión más materialista de la historia, por la que se concibe que la mayor parte de las actuales guerras son por los recursos:

Gráfico 3. Mapa preparado curiosamente por la USAID que ilustra las concesiones de petróleo y gas en 200, en las que los chinos tenían una parte sustancial y llevaron un esfuerzo importante en el desarrollo de las explotaciones. La frontera que se acaba de legalizar entre el norte y el sur y coincide con la línea de demarcación de 1956, en color naranja el trayecto del oleoducto, que pasa por dos refinerías en El Obeid y Jartúm (Khartoum) y llega hasta Port Sudán en color rojo Fuente: Wikipedia, tomado de USAID.

6. Hay que ser muy inocente para pensar que una división del país, que deja el 75% de las reservas de petróleo de Sudán, calculadas en unos 6.500 millones de barriles, en el sur recientemente independizado, y
cuya producción actual está en proporción similar en el sur, no tiene ni ha tenido nada que ver con las fuerzas que han producido esta segregación.

7. Sobre todo, resulta de lo más sospechoso que en medio de las tensiones sobre la independencia, se esté programando cuidadosamente un oleoducto alternativo de salida hacia el sur, con salida por el puerto keniano de Mombasa. Si bien este trayecto es técnicamente más corto en unos 200 km. menos que el existente a Port Sudan, la necesidad de bombear el fluido a las tierras altas de Kenia tiene también su complicación técnica y costes elevados. Está claro que esta ruta alternativa se hace para ganar en independencia respecto de Sudán del Norte, pero no necesariamente por parte de los ciudadanos o gobiernos de Sudán del Sur, sino más bien, de una lucha estratégica por variar las influencias de los grandes grupos multinacionales petrolíferos, en lucha cada vez más encarnizada por los menguantes recursos petrolíferos mundiales.

Gráfico 4. Posibles rutas del oleoducto del sur desde el nuevo Sudán del Sur hacia Kenia, con una terminal de carga cercano al puerto de Mombasa, en Lamu. Fuente: El corredor de Lamu.

Este trayecto lleva debatiéndose unos años y se vende como un magnífico polo de desarrollo de los países de la región, que se supone beneficiaría a países como Uganda, que tendría un posible ramal, Tanzania, Kenia e incluso Etiopía y hasta la República Democrática del Congo, aparte, por supuesto, de al flamante Sudán del Sur.

Cuando se analizan un poco más en detalle estos sueños de desarrollo, en los que se han consorciado grupos aparentemente africanos como el Southern African Development Community (SADC), el Common Market for East o el Southern Africa (COMESA), que reunió pomposamente en 2008 para lanzar esta iniciativa a bastante líderes africanos, uno no deja de volver a tener la visión de Eduardo Galeano en sus famoso libro Las venas abiertas de América Latina, cuando menciona que los colonizadores de América Latina construían las infraestructuras básicamente desde las fuentes de los recursos hasta los puertos, no para servir a los ciudadanos latinoamericanos.

En este caso, la sensación es idéntica, pero al parecer, esto ha pasado inadvertido para Gara y para Rebelión, preocupados como están en mostrar precedentes independentistas, aunque sean tan teledirigidos como éstos.

8. Concluía The Oil Drum haciendo ver que la influencia actual en esa construcción de infraestructuras petrolíferas, que fue tan aparentemente tranquila y rápida, para tratarse de un país en un conflicto interno tremendo entre partes, estaba repartida en un 40% con intereses chinos, un 30% de Malaisia y un 25% por India; es decir un control casi absoluto y silencioso que había conseguido levantar de la nada una producción de petróleo que llega a los 500.000 barriles diarios y que espera conseguir unos 2 millones de barriles diarios para 2015. Todo un récord de anticipación. Para colmo, concluía que los rusos habían expresado también interés.

Para hacerse una idea de lo que los chinos, los malaisios y los indios habían logrado explotar en una década, baste saber lo que ha costado a los estadounidenses las dos invasiones de Iraq desde el año 1990. Visto en coste económico, militar y de vidas humanas, el asunto adquiere dimensiones siderales. Pero incluso visto desde un frío punto de vista de captura y aseguramiento del importante flujo de recursos iraquí y de sus reservas, la verdad es que han conseguido bastante poco.

Ha sido, hasta ahora, un ejercicio ruinoso, desde un punto de vista estrictamente económico, porque para adquirir el control de la producción petrolífera iraquí han tenido que mantener al país, primero bloqueado
durante tres o cuatro lustros, desde los años ochenta, hasta que realizaron la segunda y definitiva (por el momento) invasión del país.

En todos estos lustros, los yacimientos fueron explotados por el régimen de Sadam como mejor podían, pero provocando destrozos en los yacimientos por inyecciones de agua mal hechas y otros procedimientos poco ortodoxos de la industria para mantener los niveles de producción.

Pero incluso desde la invasión de 2003 se observa que no sólo no han conseguido aumentar la producción, sino que ha habido menor producción por los propios efectos de la guerra, los sabotajes de la resistencia y el deterioro incontrolable de muchas infraestructuras, que la que había antes de la invasión.

Mientras tanto y en ese mismo tiempo, a la chita callando, los asiáticos, con los chinos a la cabeza, habían conseguido en Sudán, con una infinitésima parte de los costes estadounidenses, no sólo económicos, sino militares y de vidas humanas, un ejercicio neto de medio millón de barriles partiendo de cero.

Y éste es un ejemplo de eficiencia explotadora neocolonial que algunos no podían dejar pasar sin actuar.

Gráfico 5. Producción de petróleo iraquí.

CONCLUSIÓN

Es evidente que los mayores beneficiarios de este cambio telúrico en Sudán no van a ser los países asiáticos mencionados. Me temo que tampoco lo serán los desangrados sudaneses del sur, sean estos animistas, cristianos o negros subsaharianos y mucho menos sus antiguos connacionales de mayoría árabe y musulmanes del norte. Habrá que mirar, más probablemente, a los que ya están dando palmas de alegría con las orejas, más señaladamente algunos medios de gran difusión occidentales, con los que paradójicamente se ven esta vez extrañamente alineados Gara y Rebelión, junto al simpático vendedor de
café que regatea las cápsulas hasta a Dios bendito.

Y para los despistados, por si quieren alguna pista más, sólo deben echar una ojeada a las visitas simbólicas de grandes figuras del marketing internacional que han tenido en los últimos tiempos los sudaneses del sur. No hay más que escribir George Clooney y Sudán en los buscadores, para comprobar que la realidad a veces supera a la ficción.

Este actor de cine estadounidense protagonizó la película Syriana, en la que hace de viejo agente de la CIA (Bob Barnes), al que encargan asesinar a un joven y reformista jeque petrolero porque recién llegado al poder en el teórico emirato petrolífero, había salido reformista y le había dado por garantizar, a una
empresa china, los derechos de explotación del gas natural que habían pertenecido durante mucho tiempo a una empresa estadounidense.

Pues bien, este famoso vendedor de cafeteras de lujo ahora encarna como nadie el papel de defensor de los derechos humanos en Sudán, siempre y cuando se trate del sur, claro está. Algunos de los artículos que se publican sobre vigilancia de violaciones de los derechos humanos en Sudan del Sur por parte del gobierno de Sudán del Norte son de libro; por ejemplo, véase el titulado Proyecto de George Clooney advierte por movilización de armas en Sudán, es prototípico. El actor patrocina un grupo de “monitoreo” de los derechos humanos, que a su vez accede, sin ningún tipo de pudor a fotos satelitales proporcionadas por el ejército de EE. UU. de un llamado “Proyecto Satélite Centinela”, que muestran actividades bélicas de las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) en Sudán. Todo ello, por supuesto, para velar por los derechos
humanos y para conseguir “una nueva nación” en Sudán. Por lo visto, no considera necesario Clooney monitorear las actividades de su propio ejército en los países que invade y los destrozos que causa con ello. Si el ejército de EE.UU. está apoyando a esa organización humanitaria parece lógico sospechar, y mucho, de sus intenciones. Como decía un buen amigo mío, con las intervenciones estadounidenses en países ajenos “se temen mejoras”.

Se ve que el márketing estratégico estadounidense está de rebajas y aprovecha al polifacético personaje para repetirse a sí mismo, mientras vende café encapsulado a precio de tableta de hachís. Y parece que ha encontrado comprador de sus productos en Gara y, de rebote, en Rebelión.

Sería deseable, por último, que el muy respetable independentismo vasco empezase por tener en consideración que en las sociedades modernas, entre las que podríamos incluir a España y al País Vasco, hay un nuevo concepto que supera al de la independencia nacional clásica: se trata de la enorme interdependencia que se ha dado esta nueva forma de civilización industrial y tecnológica. Hoy no hay nadie realmente independiente; todos somos interdependientes.

Para ilustrar cuán vago, decimonónico y carente de sentido es este concepto de independencia nacional sólo hace falta ver cómo operan los mercados, al margen de las voluntades populares e imponiéndose a ellas, desbordando meridianamente los conceptos territoriales de nación.

Cuando el campo de explotación del capital llega a ser el mundo tan claramente como lo es ahora, el internacionalismo proletario es la única herramienta razonable y sensata frente a él, precisamente en un momento en que el concepto de proletario parecía desterrado y superado, especialmente en los países más capitalistas, que habían conseguido elevar el nivel de vida, aunque las más de las veces mediante campañas de expolio y saqueo de las riquezas ajenas en los lugares más remotos del planeta. Y los nacionalismos
corren crecientes riesgos de convertirse en nacional-socialismos, que velan exclusivamente por el destino del clan, mientras eluden analizar los componentes esenciales y los verdaderos orígenes de su riqueza y bienestar (el llamado Estado del Bienestar), las más de las veces generada por fabulosos e injustos intercambios desiguales a escala plantearía, que ahora se dice global.

Tal es el caso de España como Estado nación, pero también, sin lugar a dudas, del País Vasco como entidad nacional a considerar.

Cuadros 1 y 2. Niveles de dependencia del exterior de la energía primaria de España y del País Vasco. Fuentes: http://www.mityc.es/energia/balances/Balances/LibrosEnergia/Energia1_2007.pdf y http://www.eustat.es/elem/ele0000000/tbl0000066_c.html

Viendo las cifras de dependencia energética del exterior, cabe preguntarse, en una sociedad moderna que no puede dar un paso sin consumir energía y cuyo transporte y sociedad de alta movilidad depende en un 95% del petróleo, qué tipo de independencia realmente tenemos o aspiramos a tener, mientras estos
niveles sean los actuales.

Cabe preguntarse si los intercambios que hoy se producen en el mundo (entre otros con Sudán, por ejemplo) para la adquisición de ese bien preciado que es el combustible por excelencia, o de otros muchos bienes y servicios que provienen de países muy explotados y de los que disfrutamos en Occidente,
son los adecuados o son más bien muy injustos.

Cabe, quizá, preguntarse si una sociedad cooperativa industrial en el País Vasco, que ha sido modélica hacia el interior en cuanto al tratamiento de sus empleados y modos de gestión, no estará, quizá, reproduciendo los modelos de comercialización de productos en el exterior que siguen las multinacionales
más agresivas del sector; reproduciendo los modelos de intercambio desigual (no hay otra forma de competir en este mundo, salvo que todo el mundo cambie y eso exige una revolución de alcance planetario, no local), para copar y controlar mercados, sin que eso parezca importar mucho a los que
interiormente se benefician, sin duda, de los logros comerciales, de las ventas en el exterior del País Vasco.

Caben muchas reflexiones, pero la de la del “al fin libres” de Sudán del Sur, en Gara y reproducido en Rebelión, me ha llegado al alma.

Pedro Prieto es editor del sitio web www.crisisenergetica.org

Lo tomamos de: http://www.alasbarricadas.org/notic...

  • Rebelión, Gara y Sudán del Sur

    22 de julio de 2011 22:09, por mireia

    Sempre hi han arguments en contra de la independència, tot i que hagen 2 milions de morts darrere, tot i que els governants àrabs del nord hagen fet tot el mal possible als seus veïns del sud, tot i que els governants del nord vulguen un estat islàmic basat en la Sharia. A banda, segur que la gent comuna del sud no ho tindrà gens fàcil.

    Pedro prieto analitza els determinants de la independència, però no els del manteniment del Sudan com a estat unificat

    Mentres que al Sudan la independència la han votat només la gent del sud ... a l’estat espanyol, un procediment semblant és impossible per una constitució centralista amb un exèrcit i un rei que garanteixen la seua unitat indisoluble. Per a això també hi han causes materials.

    El que hi veus, al map, és que hi han 2 camps petrolífers al sud i u al nord. Mentre que el nord té eixida al mar, el sud no la té. Encara queden zones al nord de cultura animista que patiran la repressió.

    Tant els "sudanesos" del sud com els del nord hauran de desfer-se de les potències colonialistes, així com el conjunt dels africans (i dels "sudanesos" del sud i del nord) han de des desfer-se de les fronteres colonials imposades.

    Ver en línea : sudan del sur nuevo-estado soberano en mapa político mundial