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Postura de Gandhi sobre el conflicto árabe-israelí

Jueves.22 de marzo de 2012 4556 visitas - 1 comentario(s)
Correo Tortuga. #TITRE

Gandhi, Palestina, el pueblo judio y la noviolencia

Fuente: Humanismoyconectividad.wordpress.com /
Organizacionislam.org.ar

Los siguientes párrafos han sido extraídos del artículo de Mohandas K. Gandhi sobre la cuestión judía y Palestina. El documento matriz de Gandhi fue preparado en Segaon, India, el 20 de noviembre de 1938. Fue publicado en “Harijan” el 26 de de noviembre de ese mismo año:

«No termina de convencerme el reclamo de establecer un hogar nacional para los judíos. La sustentación de este pedido se busca en la Biblia y en la tenacidad con la que los judíos desean retornar a Palestina. Me pregunto ¿por qué ellos, al igual que los demás pueblos del planeta, no reconocen que su patria es la tierra en la que han nacido y en la que se ganan la vida? Palestina pertenece a los árabes en el mismo sentido que Inglaterra pertenece a los ingleses o Francia a los franceses. Es equivocado e inhumano imponer a los árabes la aceptación de los judíos. Ningún
código moral de conducta puede justificar lo que está sucediendo el día de hoy en
Palestina. La Administración Británica carece de legitimidad, a no ser la
proveniente de la Primera Guerra Mundial. Sin lugar a dudas, sería un crimen contra
la humanidad someter a los orgullosos árabes con la finalidad que Palestina pueda
ser restaurada parcial o totalmente como hogar nacional de los judíos.

La solución
generosa de este problema es la de insistir en un tratamiento justo para los judíos,
cualquiera sea el lugar donde hayan nacido y crecido. Los judíos nacidos en Francia
son franceses, exactamente en el mismo sentido que los cristianos nacidos en Francia
son franceses. Si los judíos tienen como hogar sólo a Palestina, ¿les gustará la
idea de ser forzados a abandonar las otras regiones del mundo en las que se han
establecido? ¿O es que desean un hogar por partida doble, en el que puedan
permanecer a su voluntad? Este llamado para fundar un hogar nacional proporciona
justificación válida para la expulsión de los judíos de Alemania.

Quisiera ahora
dirigirme a los judíos que se encuentran en Palestina. No tengo ninguna duda que
están siguiendo el camino equivocado. La Palestina de la concepción bíblica no es un
territorio geográfico. Más bien vive en sus corazones. No obstante, si deben mirar a
la Palestina de la geografía como su hogar nacional, se equivocan si tratan de
entrar en ella con la ayuda de la bayoneta o de la bomba. Los judíos sólo pueden
establecerse en Palestina contando con la buena voluntad de los árabes. Deben buscar
convertir el corazón árabe. El mismo Dios que rige el corazón judío gobierna el
corazón árabe. Los judíos pueden practicar la resistencia noviolenta frente a los
árabes y ofrecerse a ser fusilados o arrojados al Mar Muerto sin levantar un solo
dedo contra ellos. Encontrarán que la opinión mundial estará a su favor en su
aspiración religiosa. Si sólo dejarán de lado la ayuda de la bayoneta británica
existirían cientos de maneras de razonar con los árabes. Tal como están las cosas,
los judíos comparten con los británicos el despojo de un pueblo que, como el
palestino, no les ha causado ningún daño.

No estoy defendiendo los excesos árabes.
Me hubiera gustado que hubieran escogido el camino de la noviolencia para resistir
lo que consideran con todo derecho como el injustificado despojo de su patria. Sin
embargo, de acuerdo con los cánones aceptados sobre lo que es el bien y el mal, nada
puede decirse contra la resistencia árabe teniendo en cuenta su abrumadora debilidad
frente a la penetración judía».


Carta de Mohandas (Mahatma) Gandhi a Martin Buber, 1938

Traducción y notas: Mario Rabey

Todas mis simpatías están con los judíos. Los he conocido íntimamente en Sudáfrica. Algunos de ellos se hicieron compañeros de toda la vida. A través de estos amigos vine a aprender mucho acerca de su persecución a lo largo de la Historia. Ellos han sido los intocables (1) de la Cristiandad. Hay un cerrado paralelismo entre la forma en que han sido tratados por los Cristianos y el tratamiento a los intocables por
los Hindúes. En ambos casos, se ha invocado la sanción religiosa para justificar el
tratamiento inhumano al cual se los ha sometido. Entonces, aparte de las amistades,
mi simpatía hacia los judíos está fundamentada en la razón universal más común (2).

Pero mi simpatía no me ciega a los requisitos de la justicia. El reclamo de un hogar
nacional para los judíos no me convoca para nada. La justificación para ello se
busca en la Biblia y en la tenacidad con la cual los judíos han persistido después
de su retorno a Palestina. Pero, ¿por qué no pueden, como otros pueblos de la
tierra, convertir en hogar al país donde han nacido y donde ganan su sustento? (3)
Palestina pertenece a los árabes (4) en el mismo sentido que Inglaterra pertenece a
los ingleses o Francia a los franceses. Es incorrecto e inhumano imponer los judíos
a los árabes. Lo que está sucediendo actualmente en Palestina no se puede justificar
por ningún código moral de conducta. Los Mandatos no tienen ninguna otra sanción que
la de la guerra pasada (5). Sería seguramente un crimen contra la humanidad reducir
a los orgullosos árabes para poder restaurar Palestina a los judíos en parte o
enteramente como su hogar nacional (6).

El camino más noble sería perseverar en un tratamiento justo para los judíos
dondequiera que nazcan y se críen. Los judíos nacidos en Francia son franceses en
exactamente el mismo sentido en que los cristianos nacidos en Francia son franceses.
¿Si los judíos no tienen ningún hogar además de Palestina, estarán de acuerdo con la
idea de ser forzados a abandonar los otros lugares del mundo donde están asentados?
¿O quieren un hogar doble en donde pueden permanecer según su voluntad? Este reclamo
por el hogar nacional proporciona una justificación bien coloreada para la expulsión
alemana de los judíos (7).

No estoy defendiendo los excesos árabes. Yo quisiera que hubiesen elegido el camino
de la noviolencia para resistir lo que miran correctamente como usurpación
injustificable sobre su país. Pero según los cánones aceptados de lo correcto y lo
incorrecto, no se puede decir nada contra la resistencia árabe frente a las
abrumadoras perspectivas que afrontan (8).

Dejemos a los judíos que proclaman ser la raza elegida que prueben su título
eligiendo el camino de la noviolencia para justificar su posición en la tierra.
Cada país es su hogar, incluyendo Palestina, no por medio de la agresión sino por
medio del servicio amoroso (9). Un amigo judío me ha enviado un libro llamado La
contribución judía a la civilización por Cecil Roth. El libro proporciona un
registro de lo que han hecho los judíos para enriquecer la literatura, el arte, la
música, el teatro, la ciencia, la medicina, la agricultura, del mundo. A partir de
su voluntad, el judío puede rechazar ser tratado como el descastado de Occidente,
puede rechazar ser detestado o patronizado. Puede conducir la atención y el respeto
del mundo siendo ser humano (10), la creación elegida de Dios, en vez de ser el ser
humano que va siendo hundido rápidamente por Dios en la monstruosidad y el abandono.

Puede agregar a sus muchas contribuciones la sobresaliente contribución de la acción
noviolenta (11).

SEGAON, 20 de noviembre de 1938

Notas

[1] Se refiere aquí a la casta de los intocables, ubicada en la parte inferior de la
estructura socio-cultural con sanción religiosa, característica del sistema
sociocultural hindú. Gandhi, aunque profundamente hindú y religioso, sostenía
enfáticamente que el tratamiento hacia los intocables debía ser completamente
modificado. Creía fervorosamente en la igualdad de derechos de todos los seres
humanos.

[2] Es interesante verificar en este párrafo como Gandhi, un pensador y político
indudablementeasiático -y como tal no occidental- se ubica claramente en la posición
de un pensador y político de la Humanidad (como era en ese entonces por ejemplo,
también el caso de Martín Buber, el judío sionista). Pese a estar orgulloso de,
profesar y cultivar su particularismo cultural (el Hinduísmo), era un universalista.
El caso de Gandhi es particularmente interesante porque, además era el indiscutido
máximo líder de un movimiento de liberación nacional contra el colonialismo inglés.

[3] La pregunta tiene una visible carga retórica. Con toda seguridad, Gandhi sabía
que en esa época cientos de miles de judíos habían emigrado de sus países natales en
Europa. No solamente a Palestina, un destino cuantitativamente menor en esas
migraciones: el principal destino fueron las dos Américas, Norte y Sur. Lo que
Gandhi posiblemente no sabía es que el Sionismo –la idea según la cual Palestina era
una “tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra” , según había establecido en su
famosa frase Theodor Hertzl a fines del siglo XIX- era un movimiento marginal en el
judaísmo, adoptado solamente por una minoría. Tampoco podía saber hasta qué punto,
ya en 1938, los judíos se habían asimilado en sus sociedades de adopción en las
Américas.

[4] Repárese en que Gandhi dice árabes, y no palestinos. Es que árabe era la
identidad por la cual eran reconocidos (y auto-reconocidos) los pueblos de ese
territorio –por oposición a losturcos dominantes hasta mediados de la década de 1910
y a los ingleses y francesesdominantes después-. La palabra palestinos fue
apareciendo para designar a los habitantes de Palestina, el nombre que la Sociedad
de las Naciones dio a una de las porciones asignadas a Inglaterra, en mandato, del
territorio arrebatado al Imperio otomanos por los países triunfantes en la Primera
Guerra Mundial. Se trataba de un arreglo visiblemente colonial. Ver también la Nota
siguiente.

[5] Se refiere aquí al estatuto legal que tenía Palestina en la época en que el
escribió esta carta.Palestina había sido establecida en 1919 por la Sociedad de las
Naciones como un territorio de los que habían sido desagregados del Imperio Otomano
después de la Primera Guerra, sobre el cual se otorgaba “mandato” a Gran Bretaña.
Esta recibió en mandato también Jordania, mientras que Francia recibía Siria y
Líbano. La situación se mantuvo hasta después de la Segunda Guerra, cuando la recién
establecida ONU estableció diversos arreglos neo-coloniales, entre los cuales la
partición de Palestina en tres territorios y dos Estados: uno Palestino (con dos
territorios, Cisjordania y Gaza) y el otro Judío, establecido entre los dos
territorios de la así creada –y nunca concretada- Palestina.

[6] Fue el Estado de Gran Bretaña el que, en ejercicio de su Mandato sobre
Palestina, el que reconoció el derecho de los judíos a establecer su Hogar Nacional
en Palestina y luego permitió la inmigración ilimitada de judíos hasta que una gran
rebelión árabe en Palestina -1936-1939- hizo cambiar de política –oficialmente- al
gobierno colonial. En el momento en que Gandhi escribía su carta a Buber, la
inmigración seguía abierta, y los judíos estaban entrando entonces por decenas de
miles en la pequeña Palestina, entonces todavía poblada por una abrumadora mayoría
de árabes.

[7] El argumento es fuerte, e impecable. El judío de ultraderecha Stern, desgajado
del grupo guerrillero Irgun- parece haber estado activamente involucrado dos o tres
años después en una negociación con el Gobierno nazi de Alemania, para promover una
“solución final” al “problema de los judíos” en el mundo germánico , consistente en
su ¡emigración masiva a Palestina, organizada por el Gobierno Nazi de Alemania, en
acuerdo con los judíos ya residentes!

[8] Seguramente, Gandhi se refiere en este párrafo a la gran rebelión árabe contra
los ingleses en Palestina y a otros episodios anteriores. Es posible que también
supiera de las masacres de algunas decenas de judíos perpetradas en Palestina. No se
puede dejar de comparar esa cifra con los más de mil docientos palestinos muertos
por el Ejército israelí a principios de 2009 en Gaza -más de la mitad de ellos
civiles-, en un “conflicto” durante el cual hubo solamente trece muertos israelíes,
diez soldados y tres civiles -muertos por los famosos cohetes Kassan-. Así como en
la actualidad, tampoco justificamos a la violencia que mata algunos judíos, el texto
de la carta de Gandhi en 1938 ilumina un aspecto importante de la cuestión: los
“árabes” de fines de la década de 1930 estaban resistiendo a la opresión británica,
mientras que los “palestinos” de fines de la década de 2000, están resistiendo a la
opresión israelí.

[9] Este es el párrafo central del argumento de Gandhi sobre la cuestión judía. A
mí, como judío (que es un particularismo del universalista ser humano) me convoca
completamente la perspectiva de que cada país pueda ser mi hogar por medio del
servicio amoroso.

[10] Man en el original. Dada la fecha de la carta, esa palabra en esa época admitía
la traducción española hombre, como sustantivo bi-genérico. Hoy la traducción
literal sería inadmisible, porque traicionaría el sentido de la expresión. Por eso
prefiero traducirla como ser humano.

[11] Como sabemos perfectamente, los judíos de Palestina no siguieron el consejo de
Gandhi, salvo pocas y notables excepciones. Martín Buber fue una de las más notables
de esas excepciones.