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Policías nacionales de Cartagena detenidos: “Vamos darle sartenazos al gordo y a disfrutar”

Lunes.13 de octubre de 2014 5285 visitas - 7 comentario(s)
La autopsia del cuerpo es propia de una película de terror: pérdida del ojo derecho, “signos de violencia en región fácial y craneal, fractura-luxación de múltiples vértebras cervicales, lesiones en los discos invertebrales del C2 al C7, destrucción de centros neurales superiores”. #TITRE

Las grabaciones revelan la violencia de algunos agentes con los detenidos

José Precedo. Cartagena

Las grabaciones realizadas en los coches patrulla y en los móviles de los detenidos no arrojan demasiada luz sobre el homicidio del vecino de Las Seiscientas. Pero, según los investigadores de Asuntos Internos, ponen de manifiesto la agresividad de dos de los detenidos en sus intervenciones. En una charla grabada el 13 de junio de 2014 a las 13.32, J. L. S. A. y J. A. C. G., planean una agresión a un indigente que pide dinero a cambio de aparcar coches. Lo que sigue es la conversación que transcribe Asuntos Internos:

J. A. “Está muy chulo, está el hombre ahí”.

J. L. “Le vamos a dar una de estas que se va a cagar.

J. A. “Le vamos a dar en condiciones, eh”.

J. L. “El Sábado que viene voy a coger la goma, porque ya estoy hasta el capullo de no tener goma, da igual, el primero que se deje una goma me la quedo, con las mismas voy a hacerle el rodaje al gordo ese”.

J. A. “Y empezar a tirarle sartenazos pero donde pillemos”.

J. L. “A las rodillas”.

J. A. “Tio ahí, con ese vamos a disfrutar, con el gordo ese vamos a disfrutar”.

Los micrófonos en los coches patrulla recogen además la incautación de una pequeña cantidad de droga a otro vecino de Cartagena por parte de esta misma pareja el 19 de junio.

J. A. “Francisco, póngase usted ahí, eh, haga el favor”. [Se escucha un manotazo].

Varón: ¡Ah!

J. A. Por decirme que no llevabas nada. ¿Llevas algo más? Como sigas sacando te voy dando.

Al terminar esta intervención, J. L. S. A. recrimina a su compañero J. A. C. G. que se le haya caido al suelo parte de la droga que se le incautó a este hombre. Y explica su enfado porque así podrían colocarle parte de la droga “a otro yonqui, a otro mierda de estos”. Argumenta que de ese modo, tendrá dos actas de incautaciones que presentar a sus superiores.

Los seguimientos policiales también captaron una reunión celebrada el Mesón Yunke II el pasado 27 de junio. Durante un desayuno, los agentes ahora encarcelados hablan de la investigación sobre el crimen de Cala Cortina y uno de ellos, que no ha sido identificado, avisa a los demás: “Si es que no tienen nada, no tienen nada, no pueden tener nada”.

El arresto de los policías ha propiciado un clima irrespirable en los barrios más conflictivos de la ciudad. El miércoles a media tarde, una pareja de agentes dio el alto a un joven recién salido de un local de trapicheo. Revisaron su coche y le quitaron un bate. El chaval contraatacó: “¿Qué? Le habéis dado una buena al chico ese antes de tirarlo al mar. Entre seis policías, ¡casi nada!”. Era la segunda vez en una hora que estos dos agentes escuchaban cosas parecidas. La mayoría de compañeros han vivido esta semana episodios similares. La comisaría, que destaca en las calificaciones internas por sus incautaciones de droga y la lucha contra las mafias de la inmigración, está bajo sospecha. Dentro, un grupo de agentes intenta organizarse por su cuenta para afrontar una investigación paralela. Desconfían de la detención de sus amigos, dicen querer encontrar al verdadero culpable.


“Homicidio policial” en Cala Cortina

Seis agentes de Cartagena, en prisión desde el miércoles acusados matar a un vecino

José Precedo. Cartagena

Diego Pérez, de 43 años, diagnosticado como esquizofrénico, consumidor habitual de cocaína, que subsistía con una pequeña paga social y a base de hacer recados de todo tipo para los vecinos, desapareció la madrugada del 11 de marzo de su casa en Las Seiscientas, un barrio marginal de Cartagena. Antes había telefoneado dos veces al 091 avisando de que una familia le quería matar por haberle robado dos bicicletas. Estaba nervioso y alterado. En el registro de comisaría consta que la última llamada la hizo a las 4:39 de la madrugada. Ahí se le perdió la pista. Según el parte de salidas de aquella noche, dos agentes se dirigieron a la vivienda en el coche zeta número 54 y tras ver que no había nadie en los alrededores de la casa tranquilizaron al vecino y se fueron de ronda. Una salida rutinaria más.

La puerta del piso de Diego quedó abierta, las luces, encendidas y sobre la mesa, un billete de cinco euros y un bote de tabaco de liar, marca Winston. Los días siguientes familia y amigos del desaparecido —un hombre tranquilo, sin oficio conocido pero apreciado en el barrio— realizaron batidas por montes y playas cercanos. Peinaron fábricas abandonadas. Agentes de policía se incorporaron al rastreo y el retrato del desaparecido se distribuyó por todos los coches patrulla. Se trataba de resolver un ajuste de cuentas.

Su cuerpo fue encontrado flotando en Cala Cortina, una playa alejada unos tres kilómetros del centro urbano, el 26 de marzo. Lo encontraron unos senderistas. Estaba carcomido por la fauna marina pero el primer informe forense ya alertó de una muerte violenta.

La Policía Judicial de Cartagena empezó a hacer preguntas. La versión de la familia que amenazó a Diego era sólida. Admitieron el episodio de las bicis y sus ansias de venganza pero negaron haberle hecho nada. Y aportaron detalles valiosos sobre la desaparición. Los investigadores dieron con un testigo directo y el relato oficial se vino abajo. Su identidad se protege ahora bajo las siglas P83. Contó que aquella madrugada vio a tres patrullas de policía con seis agentes delante de la casa de Diego y cómo dos policías obligaron a Diego subir a uno de los coches zeta, antes de salir en caravana. Seis cámaras de tráfico y de seguridad captaron a los tres vehículos policiales camino de Cala Cortina, el lugar donde fue hallado el cuerpo, con las luces del puente apagadas. Dos guardias del puerto situaron a las patrullas en ese mismo lugar y extrañados por sus movimientos, al cruzarse con ellos por la carretera, preguntaron a los policías qué pasaba. “Nos aburrimos y estamos jugando al escondite”, respondió uno de los agentes, según el relato que hizo la guardia del puerto a los investigadores. Los análisis de sus móviles los sitúan el 11 de marzo, en la cala entre las 5:01 y las 5:21 horas.

Micros en los coches patrulla

La investigación conjunta de la brigada de la Policía Judicial de Cartagena y el departamento de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía recurrió a dispositivos de grabación para captar las conversaciones que los agentes investigados mantenían durante sus turnos de trabajo. Se colocaron en tres vehículos distintos y se activaban con una llamada telefónica cada vez que los sospechosos iniciaban sus rondas. Recogieron decenas de conversaciones, hasta que el pasado septiembre un sindicato policial denunció en el juzgado la existencia de micrófonos en los coches patrulla. Eso puso en alerta a los agentes investigados, que también fueron objeto de seguimientos.

La juez de Instrucción número 4 de Cartagena, María Antonia Martínez, autorizó también la intervención de sus comunicaciones telefónicas. El Instituto de Hidráulica Ambiental aportó un informe sobre la interacción del mar y el cadáver y concluyó que el cuerpo fue arrojado en Cala Cortina.

El departamento de Asuntos Internos irrumpió en el caso y la juez número 4 de Cartagena, María Antonia Martínez, autorizó dispositivos de grabación en los coches patrulla de los sospechosos. Efectivos de paisano empezaron a hacer seguimientos. El pasado agosto, un sindicato policial denunció la existencia de micrófonos en los coches policiales y los sospechosos se pusieron en guardia. La investigación llevaba meses en marcha. Se trazaron cronogramas del supuesto recorrido de las patrullas. Se analizaron las mareas para investigar desde dónde se lanzó el cuerpo. Los científicos de la Universidad de Cantabria señalaron la playa de cala Cortina.

El pasado lunes, en medio de un estruendoso despliegue, los seis policías fueron detenidos en Cartagena por compañeros suyos llegados de Madrid. A todos se les acusa de homicidio y detención ilegal. Durante 48 horas permanecieron incomunicados en comisarías de Murcia. En los interrogatorios, todos ofrecieron versiones similares.

Admitieron que —vulnerando todos los procedimientos policiales— aquella noche decidieron llevar al vecino de Las Seiscientas a una playa alejada para que “le pasase la paranoia”. Pero que fue Diego el que se subió atemorizado al coche patrulla. Y uno detrás otro, contaron a la policía y al juez, que al llegar a la playa, su custodiado abrió la puerta y salió corriendo. Que ahí lo perdieron de vista. Los seis negaron haberle pegado. Si acaso, algún forcejeo. Sus relatos chocan con el del testigo protegido, quien aseguró a Asuntos Internos, que el primer golpe lo recibió Diego de uno de los agentes —el más fuerte y musculado— antes incluso de subir al coche. Y que fueron los policías los que le obligaron a montarse sobre las 4.45 de la madrugada.

Entre lágrimas, ante la juez, los detenidos aseguraron que ocultaron hasta el final el viaje a Cala Cortina porque temían ser expedientados pero negaron haber matado a nadie. La juez les envió a todos a prisión acusados de homicidio y detención ilegal, delitos penados con hasta 20 años de cárcel. Los investigadores están convencidos de que no todos tuvieron la misma participación y confían en que alguno se desmorone. De momento, han ofrecido un relato único, salvo pequeñas contradicciones, asegura alguien presente en los interrogatorios.

Desde el lunes la comisaría de Cartagena está en shock. Compañeros y mandos. Nadie esperaba que la desaparición del hombre de Las Seiscientas acabara con seis agentes en la cárcel. Todos jóvenes, de la escala básica que se curtían en el turno de noche. Alguno muy tímido. La sensación general es de incredulidad. Hay quien admite que tal vez “se les fue la mano”.

La autopsia del cuerpo es propia de una película de terror: pérdida del ojo derecho, “signos de violencia en región fácial y craneal, fractura-luxación de múltiples vértebras cervicales, lesiones en los discos invertebrales del C2 al C7, destrucción de centros neurales superiores”. En castellano raso “signos evidentes de violencia física con múltiples lesiones traumáticas. La muerte se produjo antes de su inmersión en el mar”. Y concluye: “Homicidio”.

El País


Ver en Tortuga:

Detenidos seis policías por la muerte de un cartagenero al que supuestamente pegaron y tiraron al mar

La autopsia del asesinado en Murcia revela fracturas de vértebras cervicales

  • Las 600 no es marginal exactamente, y quisiera pensar que no todos los policías son iguales, estos que paguen, porque que te asesine quien te debe proteger....

  • Es para que el de Principe haga una pelicula.
    Es fortisimo. Esto pas en cualquier pais de Europa o America i se lia una en la calle que ni dios la puede parar.
    Que fuerte, es increible!! Dios...
    Despues se queja el gobierno que en España la gente sale demasiado a protestar a la calle... de menuda se ha salvado el gobierno.
    Parece que a la gente le interesa mas saber si un vestido es negro o azul que comentar este tipo de abusos.

  • El "AS" en La Manga del sistema fascista (made in iglesia católica):

    Ciencia Médica Inventada y llevada a cabo por los "tecnócratas" del OPUS DEI y síntomas creados por ellos es el método perfecto de control sin culpables y sin venganzas, y funciona donde ningún otro tiene éxito (un activista con cáncer es menos activo y más sumiso que un corderito) . El dolor duele pero no mata...sus tratamientos sí. El plan es que tu solito vayas a que te maten y encima pagues por ello. La mayoría de los adeptos y sirvientes cristianos no saben esto y sus amos los desecharán cuando crean conveniente (yo de eso no estoy en contra).

    El tratamiento mimetiza la enfermedad
    La quimioterapia produce metástasis
    El AZT Y Retrovir producen SIDA
    La medicación diabética produce diabetes
    los marcadores tumorales son arbitrarios
    La medicación contra la osteoporosis produce necrosis osea
    los métodos de diagnóstico de los laboratorios están amañados según los "objetivos" (de eso se trata cuando se habla de objetivos en los hospitales)
    El virus del papiloma no provoca cáncer de útero
    El aspartamo Y otros toxicos producen el autismo (¿Os acordáis de la "prueba del talón" que hacían a todos los recién nacidos hace años para detectar quien no toleraba la fenilalaína?)

    https://www.youtube.com/watch?...

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    CUIDADITO CON LA SANIDAD
    LA CONFIANZA EN EL SISTEMA Y EL MIEDO A ENFERMAR TE LLEVA DIRECTO AL CEMENTERIO. Somos biológicamente el fruto de muchos siglos de evolución, no somos enfermizos. La tecnología electromagnética, Los tóxicos,etc.son la base de los síntomas (por ejemplo: hay una teoría alternativa que dice que la Histórica peste fue producida por una intoxicación de gran cantidad de cornezuelo que provoca síntomas iguales a la peste, la lepra..).
    De todo se sale menos del hospital.