Objetores e insumisos históricos del País Valencià se reúnen en Llíria para reivindicar la "lucha pacifista" en el s. XXI - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

Objetores e insumisos históricos del País Valencià se reúnen en Llíria para reivindicar la "lucha pacifista" en el s. XXI

Viernes.22 de septiembre de 2017 299 visitas Sin comentarios
El Grup Antimilitarista Tortuga también participó. #TITRE

"El militarismo ha renacido pero se esconde como una necesidad social"

v. contreras

Muchos de ellos encontraron el primer refugio para su lucha clandestina en pequeños locales que les cedía algún cura más rojo que azul, y este fin de semana se han vuelto a reunir en un edificio gestionado por religiosos para recordar y recuperar aquella lucha. «Ojo, que a mí me quisieron excomulgar en la cárcel de Jaén», advierte enseguida Pep Beunza para que no haya malentendidos.

Beunza es el primer objetor de conciencia político de España (ante los hubo religiosos, los testigos de Jehová que se negaban a hacer el servicio militar) y junto a otros veinte «insumisos históricos» valencianos -algunos de los cuales pasaron por la cárcel- han celebrado unas jornadas de reencuentro y reivindicación en el albergue de La Salle en Llíria.

«Algunos hacía mucho que no nos veíamos, pero no hemos venido a contar batallitas (sería paradójico en unos pacifistas) sino a recuperar nuestra historia, nuestra memoria y ver si aún somos capaces de realizar acciones de cara al futuro», explica Francesc García, activista del antimilitarismo desde los primeros 80.

Varios de los asistentes al encuentro del pasado sábado y domingo en Llíria -Arbre Agulló, Rafa Rodrigo, Pasqual Pastor, Josep Antoni Tomás, Quico Cremades, Eduard Hervas, Tomás Pérez, Jesús Alonso o Carmen Rubio (esta última de los grupos de apoyo a los insumisos)- fueron objetores en pleno franquismo y en la transición, y otros continuaron esta lucha pacifista en las décadas posteriores hasta la desaparición de la mili en 2001. Fue el caso de otro de los participantes, Óscar Cervera, el último insumiso que estuvo en la cárcel hasta la desparición del servicio.

Pese a que la mili parece ya algo muy lejano (intenten explicársela a su hija de cinco años) estos históricos objetores creen que el pacifismo vuelve a ser más necesario que nunca. «El militarismo ha renacido y es más difícil de combatir porque se esconde como una necesidad social, como una especie de ONG. Por eso denunciamos la opacidad con la que actúan los gobiernos, incrementando los presupuestos para armas, favoreciendo su tráfico y alimentando el terrorismo».

Y es que, otra de las conclusiones de esta jornada, es que el terrorismo que recientemente ha atacado ciudades como París, Londres o Barcelona no se puede combatir con acciones militares, «porque los ejércitos no sirven para combatir terroristas, sino para hacerlos más fuertes». «El terrorismo solo se puede combatir desde la justicia social», añaden.

Reunirse después de tantos años también ha servido de autorreivindicación, para constatar que su lucha, su enfrentamiento a algo que «era como comer, dormir o casarse, algo que se tenía que hacer sí o sí», sirvió para algo. «Enfrentarse al servicio militar en la oscuridad del franquismo fue algo bestial. Pero al final demostramos que las utopías se pueden conseguir», resaltan.

Beunza ve, por ejemplo, un paralelismo entre esa «desobediencia civil» que él y sus compañeros desarrollaron en la España de los 70, con la que ahora se plantea en la Cataluña independentista. Y también creen que los movimientos del 15-M asumieron en cierta manera aquel espíritu. Sin embargo, constatan que, salvo puntuales movilizaciones y concentraciones, el pacifismo «ha perdido la calle».

Por ello, las jornadas de este fin de semana en Llíria han convencido a estos venerables insumisos que su lucha debe continuar. «Estamos preparando una campaña para pedir que el ejército no acuda a Expojove porque hace una pedagogía contraria a la cultura de la paz, y para colaborar con los colegios para que dejen de hacer visitas a estamentos militares. También vamos a trabajar en reforzar la campaña de objeción fiscal para que nuestros impuestos no vayan a gasto militar y exigir que se destine a fines sociales», proponen.

En definitiva, que estos 21 insumisos serán históricos y seguirán reuniéndose en lugares parecidos a los de hace 40 años. Pero, para ellos, la lucha sigue. «Y es que, como nos durmamos, la mili habrá vuelto y no nos habremos dado cuenta», advierte Pep Beunza.

Levante