Nulo interés por el patrimonio arquitectónico de Alacant - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

Nulo interés por el patrimonio arquitectónico de Alacant

Domingo.1ro de abril de 2018 344 visitas Sin comentarios
Alicante cuenta con apenas 300 edificios, elementos de arquitectura popular y espacios públicos protegidos en el término municipal #TITRE

j. hernández

La estación de tren y sus tinglados, la antigua estación de autobuses, el asilo de Benalúa, las harineras de la avenida de Elche, el faro del Cabo de las Huertas, el cuartel de la Guardia Civil en Alicante, numerosas fincas de la huerta, refugios, baterías y búnkers, los mareógrafos del Puerto, la Torre Provincial, la Casa Sacerdotal, los depósitos de Campsa en La Cantera.... La lista de edificios y ejemplos de arquitectura industrial, defensiva o popular ahora mismo desprotegidos en el término municipal de Alicante y que pueden ser pasto de la piqueta si no se les blinda es larguísima. Como ocurrió, por ejemplo, con los silos de San Blas.

¿Cuántos edificios protegidos tiene ahora mismo Alicante? Apenas 300, incluidos como Bien de Interés Cultural o de Relevancia Local en el catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de 1987, aún vigente, o con algún grado de protección dentro del Plan Especial del Casco Antiguo, el Plan del Centro Tradicional o el de las Torres de la Huerta, así como algunas iglesias, edificios religiosos previos a 1940 y restos arqueológicos con protecciones genéricas de la Generalitat. Entre ellos, los más importantes monumentos, como los dos castillos, la basílica de Santa María, la Concatedral de San Nicolás, el convento de Santa Faz, torres de la huerta, el MARQ, la Casa de la Asegurada, el Palacio de Labradores, la Casa de Carbonell, el palacio de Conde Lumiares, sede del museo de Bellas Artes, Las Cigarreras, y arquitectura industrial como las chimeneas de Benalúa.

Los expertos lo consideran del todo insuficiente. El arquitecto Rubén Bodewig, que trabajó en el Catálogo de Protecciones elaborado por la Concejalía de Urbanismo cuando la dirigía el edil de Guanyar Miguel Ángel Pavón, que no pudo sacarlo adelante, afirma que en todo el término municipal deberían existir entre 1.500 y 2.000 fichas de protección, lo que no quiere decir que haya que dejar esos edificios muertos «sino que se puedan mantener o incluso ampliar, conservando algunos o todos sus elementos característicos».

¿Qué puede suceder con este alto grado de desprotección por el patrimonio y el nulo interés demostrado por los sucesivos gobiernos locales? De entrada, la suspensión de licencias que se tumbó en 2015, en la última etapa del PP, deja más de 200 construcciones singulares desprotegidas, pero es que los 300 elementos de arquitectura que sí están blindados necesitan en muchos casos revisar sus fichas «pues son descripciones muy vagas, antiguas, y en la mayoría de los casos, insuficientes». Lo más grave es, en último término, el riesgo que corre el patrimonio alicantino ante esta situación de desamparo, y más en pleno auge inmobiliario.

Uno de los ejemplos es la situación en que se encuentra el asilo de Benalúa, que contiene la iglesia extramuros más antigua que queda en Alicante puesto que otra similar en edad, la de Benalúa, ardió y fue reconstruida. Sin embargo, está en el limbo pese al acuerdo plenario que reconocía este edificio como Bien de Relevancia Local. «Es una irresponsabilidad que aún no esté reconocido en el planeamiento municipal». Aún así, Bodewig confía en la protección que le da la ley de Patrimonio de la Comunidad Valenciana como construcción religiosa anterior a los años 40 (data del siglo XIX).

«Seguimos sin tener protegida la estación de Madrid, y el escaso patrimonio constructivo que queda a su alrededor. Tampoco el tinglado ferroviario ni algunos portuarios, ni el barrio de Heliodoro Madrona, ni la cochera de locomotoras anexa a la antigua Estación de Benalúa, ni las harineras de Bufort y Cloquell o el cuartel de carabineros de Aguamarga».

El peor ejemplo es lo sucedido con el edificio que ocupaba la esquina entre Benito Pérez Galdós y José María Py, recién demolido al quedar desprotegido por la incapacidad del Ayuntamiento para aprobar el Catálogo de Protecciones. Este documento estuvo en exposición pública con 855 fichas, de ellas 652 de patrimonio cultural, 142 de patrimonio natural y 61 de paisaje. Y se quedaba corto según Bodewig, arquitecto que trabajó en su redacción, aunque introducía aún más edificios y espacios naturales, así como otros elementos, superando los que figuraban en la primera suspensión de licencias del final de la legislatura del PP.

Este catálogo, indica el arquitecto, se concibió para incluir el doble de fichas pero se quedaron inicialmente en menos de mil por «las prisas» que metió a Urbanismo la Conselleria de Territorio y Medio Ambiente, que dio dos años para aprobar el documento o, de lo contrario, los edificios quedarían desprotegidos, como al final ha pasado al no aprobarse el catálogo. Según explica, Urbanismo no pudo atender al plazo porque no tenía personal suficiente para elaborar la documentación a tiempo.

Por ello, su idea era ir ampliándolo.«Es un drama. Abogaría por una solución intermedia hasta que tengamos un catálogo, como crear una comisión de urbanismo que evite cualquier intervención en patrimonio anterior a 1960 pero hay que estudiar su encaje en la ley».

Barrios e iglesias

Sobre los edificios que quedan desprotegidos, el listado es «de cientos y cientos. Hay cosas pequeñitas que no por ser menores merecen menos amparo que edificios grandes o palacios. Desde conjuntos de arquitectura popular como las viviendas de planta baja de Los Ángeles o Barrio Obrero a iglesias como la de Los Ángeles, o las antiguas casas de San Antón, el Raval Roig o San Gabriel». También afirma que hay arquitectura moderna desprotegida: Torre Vistamar, La Rotonda, el Hogar Provincial, el IES Cavanilles o el edificio de Sanidad en el paseo de Campoamor. Y considera que se requiere de revisiones intensas de catálogos como los del Centro Tradicional y Casco Antiguo, y un estudio pormenorizado de Tabarca. «Necesitaríamos incluir urgentemente arquitecturas industriales y construcciones singulares: puentes, viaductos, e incluso trazados y diseños de parques y espacios, raramente catalogados. Y prestar especial atención a infraestructuras hidráulicas históricas que permitieron desarrollar una economía que, hasta la llegada del turismo, fue el principal motor de desarrollo de Alicante».

Diario Información