Marvin Harris: “El sexo es un instinto irresistible; la guerra, no” - Tortuga
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Marvin Harris: “El sexo es un instinto irresistible; la guerra, no”

Viernes.19 de junio de 2015 331 visitas Sin comentarios
Entrevista publicada en marzo de 1996, en el número 178 de MUY Interesante. #TITRE

Ssociólogos

Marvin Harris nos ha hecho comprender la importancia del medio ambiente en el origen y el desarrollo de las culturas. El surgimiento y la caída de los imperios, el auge y la decadencia de las religiones han sido consecuencia directa de la relación del ser humano con sus ecosistemas. “El hambre hace evolucionar la cultura”, dice este antropólogo. Y con esta premisa, que denomina determinismo histórico, ha podido explicar por qué los chinos aborrecen la leche, los judíos no comen cerdo, los aztecas sacrificaban personas, los pueblos de Oriente Medio comen yogur o los indios adoran a las vacas. Marvin Harris podría ser el abuelito milcuentos, con su enorme bagaje de conocimientos. Sus modales son extremadamente cordiales y permiten que el entrevistador se sienta como un nieto en el regazo de la sabiduría.

-¿En qué está trabajando actualmente?

- Mis últimas investigaciones se refieren a la clasificación en antropología. En Estados Unidos se utilizan dos categorías para identificar a la gente: blancos o de color. Se trata de un vocabulario muy pobre frente al de Brasil, por ejemplo, donde se utilizan no menos de 60 o 70 formas de identificación: moreno, moreno oscuro, moreno claro, etc. También estoy escribiendo un libro cuyo título provisional es Etnomenia. En él trataré la causa de las hostilidades entre los grupos raciales o étnicos. Creo que el tema tiene una gran importancia para el mundo entero en estos momentos, en los que existe una gran cantidad de conflictos y malentendidos a causa de la interpretación de la identidad étnica, cultural y biológica.

–¿Tiene algo que ver con el auge del racismo y la xenofobia?

- Es necesario establecer la diferencia entre hechos culturales y genéticos, lo que significa separar el concepto de raza del de cultura. Para la civilización occidental -sólo existe una cultura africana que se aplica a todo el continente, aunque esté compuesto por un sinfín de culturas. Si consideramos los pueblos asiáticos, existen todos los niveles de desarrollo cultural: se puede encontrar desde gente que vive de la caza y que no tiene jefes, hasta culturas altamente tecnificadas y jerarquizadas. Hasta hace poco existían muchos tipos de Estado: imperios, teocracias y estructuras políticas y sociales de todo tipo, incluso dentro de un mismo grupo cultural. Olvidamos que la naturaleza plástica del ser humano permite el cruce de razas y los intercambios entre sociedades completamente diferentes. Somos capaces de adaptarnos a las tradiciones y a distintas maneras de hablar en cualquier parte del mundo. Un chino trasladado en su infancia a Estados Unidos hablará inglés sin ninguna dificultad. Todas las lenguas del mundo pueden ser aprendidas por cualquier persona.

–Es decir, que no existe una raza culturalmente cerrada. ¿Se relacionan todas las razas y todas las lenguas?

- El asunto es separar raza, lengua y cultura. Son fenómenos diferentes y, por lo tanto, no continúan juntos si los cambiamos y separamos de su lugar de origen. Y más ahora, que el dinero se mueve de un país a otro a toda velocidad a través de los medios de comunicación.

–¿Resulta atractivo para los antropólogos el capitalismo global?

- Para entender este fenómeno debemos comprender que no es más que una consecuencia de los movimientos de capital. Es sorprendente lo que está aconteciendo con las grandes empresas, no sólo multinacionales, sino transnacionales. Esas empresas ya no pertenecen a un solo Estado, sino a muchos. Cuando un lugar es inconveniente para una empresa, porque en él se están organizando y creando sindicatos que amenazan el poder de la transnacional, se instala en otro lugar.

–Así ha sucedido recientemente en España con Suzuki o Gillette. Los grandes grupos financieros mueven sus capitales por encima del control del Estado…

- Puedo hacer un pronóstico. Creo que habrá una intensificación de los conflictos entre empresas privadas y Estados y, según fracase el poder del Estado, crecerá el de las transnacionales. Sin embargo, también existe un dato optimista: veo a la Comunidad Europea como un modelo de futuro. Es bueno crear superestructuras que no necesitan enfrentarse al poder de las transnacionales.

–Desde el punto de vista de la antropología, ¿cómo se enfoca el hecho de que yo pueda estar viendo por televisión lo que le sucede a un ciudadano en un pueblo de los Estados Unidos?

- Creo que va a acelerarse el proceso de creación de la aldea global, pero, a la vez, no van a perderse las costumbres locales. La antropología tiene un gran futuro, porque dentro de la cultura global existe una gran variedad. Paradójicamente, la sociedad no es cada vez más homogénea, sino más heterogénea. Pienso en las nuevas profesiones que coexisten con las del pasado. Las ciencias sociales tienen muchas cosas sorprendentes que estudiar: ritos, música. ¿Cuántos tipos de música rock existen actualmente? La sociedad no es más homogénea, desde luego.

–También la familia tradicional experimenta su propia mutación…

- Claro, y existen muchas formas familiares nuevas.

–¿Pero podrán mantenerse las culturas de los pueblos antiguos?

- Van a crearse nuevas combinaciones de costumbres. Por ejemplo, en Estados Unidos cada vez existe más gente que se autodenomina indio. El fenómeno está causado por las ventajas que tiene ser indio en Estados Unidos hoy en día. ¿Por qué? Por los casinos. Los estados tienen leyes contra los casinos, pero los indios poseen reservas que no están sujetas a esas leyes, así que no hacen más que abrir en ellas nuevos casinos y ganar millones y millones de dólares. Mucha gente quiere participar de estos beneficios, así que, simplemente, se hacen indios.

–Imagino que no será solamente cuestión de dinero. También existirá un interés por su cultura…

- Sí, y por eso también se están inventando nuevos ritos y nuevas tradiciones. Se pierden las antiguas, pero se inventan otras nuevas. Es un fenómeno contradictorio, porque las antiguas también eran inventadas.

–¿Se puede considerar que forma parte de ese movimiento religioso que llaman nueva era?

- El crecimiento de los fenómenos religiosos no está localizado, sino que acontece en todo el mundo. Se trata de una reacción estimulada por los rápidos cambios en la economía y en las familias. La gente ha perdido el rumbo y busca valores que certifiquen que la vida humana no es una simple mercancía. Las épocas de transformación social siempre han estado acompañadas de cambios religiosos. A la vez que se crea el desarrollo tecnológico surge una nueva entidad cultural. Quizás se esté fraguando una religión que sustituya, sintetizándolas, a todas las religiones tradicionales: hinduismo, cristianismo, chamanismo… Las religiones están siempre adaptándose a los nuevos tiempos, y ahora aparece una religión global porque los factores económicos también son globales. El habitante urbano, que vive la desintegración familiar y la violencia étnica, no encuentra una respuesta segura por parte de la sociedad, y tiene miedo. Las religiones de la nueva era le proporcionan contacto con el mundo espiritual y seguridad en ciertos valores. El mismo argumento sirve para explicar el auge del fundamentalismo islámico y evangélico.

–¿Es innata la guerra en el ser humano?

- No, porque si fuera innata estaríamos pegándonos constantemente y no existirían los periodos de paz. Si se tratase de un instinto irresistible estaríamos luchando todos, todos los días. No es como el sexo, que se trata de un instinto irresistible. Se puede vivir y crecer en paz durante muchísimo tiempo, pero no sin sexo.

–¿Existe alguna sociedad humana que no conozca la guerra?

- Existieron diversos grupos en el norte y el sur de América, como los indios misiones, que no practicaban la guerra. Pero, en general, la guerra es común, aunque puedo acreditar que no está basada en los instintos, sino en las condiciones materiales, que también se dan en todo el mundo, como la escasez de alimentos, de territorio, de animales para cazar, de petróleo. Son necesidades que dan pie al conflicto armado. Tenemos que librarnos de la idea de que somos una especie agresiva por naturaleza que no sabe evitar la guerra. También carece de base científica la idea de que existen razas superiores e inferiores y de que las divisiones jerárquicas son consecuencia de una selección natural y no de un largo proceso de evolución cultura

Salvador Hernáez – Esta entrevista fue publicada en marzo de 1996, en el número 178 de MUY Interesante

Fuente: http://ssociologos.com/2013/05/05/m...