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Los cascos azules y las galletas a cambio de sexo

Viernes.2 de septiembre de 2016 5326 visitas Sin comentarios
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Cristina Horcajo / Neupic

En febrero de este mismo año, la Organización de las Naciones Unidas hacía público un informe en el que se tomaba consciencia de diversos casos de abusos sexuales por parte de las fuerzas de paz de la ONU, los llamados cascos azules.

Aunque muchas organizaciones ya habían hecho pública esta situación y reclamado a Naciones Unidas unas medidas para que estos casos de abusos no sucedieran más, no ha sido hasta ahora cuando el secretario general de la ONU ha ofrecido datos oficiales sobre los posibles abusos que estaban sufriendo algunos civiles por parte de las autoridades.

UNICEF fue una de las organizaciones que decidió tomar las riendas de la situación en el momento en el que salieron a la luz, en primavera del 2014, las acusaciones sobre soldados franceses enviados a la República Centroafricana, y que habían podido abusar sexualmente de menores.

En ese momento decidieron mover ficha e iniciar investigaciones sobre el terreno.

Los cuerpos de ‘paz’ de la ONU

Las fuerzas de paz de la ONU, más popularmente conocidos como los cascos azules, son cuerpos encargados de dar apoyo en zonas de conflicto. Aunque en su mayor parte lo forman soldados de infantería, cualquier cargo puede ocupar estas fuerzas de paz.

Se trata de autoridades adscritas para trabajar con la ONU pero que también son miembros de su propio ejército, por lo que la nacionalidad de éstos pertenece a más de 110 países. Entre sus principales objetivos están la protección a civiles, ofrecer seguridad, así como ayudar al personal militar del país.

El informe revela más de 200 casos en cuatro años

El secretario de la ONU, Ban Ki-moon, quiso dejar constancia a principios de este año de la situación vivida con respecto al abuso desproporcionado de algunos cascos azules sobre algunos menores de edad.

Durante varios años han salido a la luz varios sucesos aislados sobre los posibles abusos sexuales de algunas autoridades sobre los niños de los campamentos supervisados por estos. Mediante este documento quedan reflejados los casos reales que han sido investigados durante este año, aunque todavía existen muchos hechos de los que no queda constancia.

Ya sea porque la víctima no ha querido informar o bien porque la denuncia no ha sido procesada. En el dossier se reflejan las denuncias así como los casos de los que se ha tenido conocimiento durante el año 2015. Sólo en este periodo han sido constatados 69 casos de abusos sexuales a menores por parte de los cascos azules.

La mayoría de estos sucesos han tenido lugar en la República Centroafricana y en la República Democrática del Congo. En 2013 fueron registrados 66 casos mientras que en 2014 fueron 52 los sucesos de abusos sexuales. Con respecto a las denuncias, Ban Ki-moon informó de las 99 nuevas acusaciones a soldados y personal de la ONU en misiones internacionales de paz durante el año 2015, un aumento considerable con respecto al año anterior, en 2014 se tiene constancia de 80 denuncias.

Este incremento refleja la poca eficacia de las medidas tomadas hasta el momento. Para que los casos se vean reducidos hasta desaparecer, la ONU ha querido adoptar unas medidas “para defender los valores universales y garantizar la protección de los civiles”.

Se trata de un compromiso mucho más latente para que haya una mayor transparencia sobre las acusaciones y los sospechosos, así como “garantizar la suspensión de los líderes de las tropas, incluso retirando a comandantes y soldados y suspendiendo el pago a personas y estados miembro si las acusaciones son corroboradas”.

En el momento en el que el informe se hizo público, la organización Human Rights Watch reflejó en su página web la urgencia para que estos sucesos se solucionen. La ONG también denunció que a pesar de que estas situaciones ya se habían observado en la República Centroafricana, por falta de personal y de recursos, no se había llegado a dar una respuesta clara por parte de las agencias de la ONU.

Por eso las víctimas no tenían una atención especializada y las denuncias por parte de los afectados habrían sufrido retrasos. Este motivo exigía a la ONU “dar prioridad a la seguridad y el bienestar de las víctimas, así como asegurar la capacitación de los cascos azules para que se garantice el correcto funcionamiento y asegurar la repatriación de las unidades responsables de graves delitos después de su investigación”.

Los soldados les ofrecían comida a cambio de sexo

En el momento en el que empezaron a aparecer casos aislados en primavera de 2014, UNICEF decidió coger las riendas de la situación y se trasladó hasta la República Centroafricana. Una vez allí, hicieron 52 entrevistas a algunos de los menores afectados para conocer de primera mano lo sucedido.

Así lo ha reflejado la organización en el informe “Tomando acción contra la explotación sexual y abuso por parte de fuerzas de paz” elaborado en diciembre de 2015, donde los niños relatan las duras experiencias vividas.

Cada una de las declaraciones sorprende más que la anterior. Como la de uno de los niños, que relata cómo mientras jugaba con un amigo cerca del campamento donde vivía, dos soldados les ofrecieron comida a cambio de que el niño le hiciera una felación. O la de un niño de 11 años, que cuenta como vio a dos soldados violar a un amigo mientras que el niño insistía: ”por favor para, duele”.

Tras conocer algunos de los escalofriantes relatos de los menores, UNICEF quiso saber si los niños habían recibido atención médica adecuada tras los sucesos o si se habían tomado las medidas adecuadas para que estos hechos no se volvieran a producir, pero ni la organización ni la ONU pudieron concretar que así hubiera sido. Por lo que parece, siguen indefensos ante la situación y sin ninguna medida disciplinaria para los causantes de estos abusos.

Fuente: http://www.teinteresa.es/mundo/casc...