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La policía detiene a 16 jueces en Nápoles por trabajar para la Camorra

Martes.20 de marzo de 2012 435 visitas Sin comentarios
La judicatura, se nos suele olvidar como una más de las estructuras de dominación, cuando hacemos la lista. #TITRE

Y como las otras, sujeta a los automatismos de la maquinaria estatal-capitalista para que todo siga en “orden” siempre. Para comprobarlo, más allá de este ejemplo, basta realizar simples comprobaciones con respecto a las políticas de la Audiencia Nacional española a la hora de instruir sumarios, su habitual querencia hacia la policía y en contra de la denuncias de torturas y el canal de comunicación permanente con la fiscalía, la voz del ejecutivo directa en el día a día judicial.

También podemos analizar las sentencias de tipo político de este tribunal, así como el Supremo y el Constitucional y ver normalmente a favor de quién barren. No está de más repasar cómo se nombran los cargos para estos sitios y para la cúpula del poder judicial.

En niveles inferiores también se puede comprobar la actuación de jueces de instrucción locales, como por ejemplo el del caso Roquetas en Almería, los sumarios de Fabra en Castellón, o los de la corrupción alicantina del Brugal en Orihuela, cuyas pruebas cuando no se pierden, se anulan, o los jueces van dilatando y dilatando la instrucción.

Lo dicho, es la parte del sistema que siempre queda entre bambalinas a la hora de hacer críticas, cuando es de las más significativas. Nota de Tortuga.


En total, hay 60 detenidos en una gran operación antimafia

La policía se ha incautado de bienes por valor de más de 1.000 millones de euros.

Pablo Ordaz.
Roma

Dieciséis jueces de asuntos tributarios de Nápoles disfrutaban de dos sueldos. Uno, del Estado italiano, cada vez más pobre. Otro, de la Camorra, cada vez más boyante. La Guardia de Finanzas (policía especial de delitos económicos) los ha detenido este lunes junto a un elenco muy variado de industriales, funcionarios, hombres de paja y hasta un abogado de renombre que además impartía clases en la Universidad. En total, unos 60 detenidos por colaborar con uno de los clanes de la Mafia napolitana, el de los Fabbrocino, en el lavado de dinero del crimen para su posterior envío, ya reluciente, a los afamados paraísos de Liechtenstein, Luxemburgo y Suiza.

La operación vuelve a demostrar hasta qué punto la Mafia teje sus redes desde las esquinas donde se vende la droga o se decide qué músico toca delante de un restaurante hasta los despachos de Hacienda pasando, cómo no, por los hombres de negocios. Empresarios de la construcción, el turismo o la alimentación han sido detenidos en la operación y, lo que a la postre suele ser más importante, desposeídos del botín.

La Guardia de Finanzas, en colaboración con fiscales de la Dirección General Antimafia, ha confiscado terrenos, edificios, vehículos, cuentas corrientes y acciones. Según las primeras estimaciones, más de 1.000 millones de euros. De los 60 encausados, 22 ya han ido a parar con sus huesos a la cárcel, otros 25 están en arresto domiciliario y el resto no podrá abandonar la zona de Nápoles. Los pliegos de acusación van desde lavado de dinero procedente del crimen hasta corrupción en actos judiciales.

Desde que Mario Monti está en el poder, la Guardia de Finanzas se ha venido arriba. De hecho, el primer ministro acudió hace unas semanas a un encuentro con la cúpula de la policía financiera para ofrecerle su apoyo y lanzar, de paso, un mensaje a la población: “La lucha contra la evasión fiscal es ineludible, una cuestión de equidad. Si cada uno declara lo que debe, la presión del fisco será más leve para todos”.

El objetivo, según los analistas, no solo es quitarle el dinero a los mafiosos de distinto calado, sino también la fama de invencibles y hasta de imprescindibles para el funcionamiento del país. Esa pátina que, unida al miedo que infunden, convertía sus negocios en los más lucrativos. De todas formas, y en tanto que la lucha moral se libra, Mario Monti parece haber asimilado que a Alphonse Gabriel Capone, más conocido como Al Capone, lo lograron condenar a 11 años en Estados Unidos por evasión de impuestos y no por su dilatada y conocida trayectoria criminal. Ley Seca al lavado de dinero en la Italia de la crisis.

El País