Garzón game over - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

Garzón game over

Sábado.11 de febrero de 2012 846 visitas - 2 comentario(s)
Nota de Tortuga y selección de artículos críticos con el juez estrellado. #TITRE

Pues sí, aunque estos días no escasean opinólogos rasgándose las vestiduras ante la condena a Garzón, quienes sostienen esa opinión considerándose “de izquierdas” deberían tener claras algunas cosas.

En primer lugar que la tele está mezclando dos causas contra Garzón. La segunda, aún por sentenciar, en la que se le juzga por posible prevaricación por tratar de instruir causas penales relacionadas con crímenes durante la dictadura franquista, tiene una lectura jurídica compleja en la que no vamos a entrar aquí. Pero la primera, que es por la que le han sentenciado y condenado, juzgaba una actuación delictiva del propio juez ordenando unas escuchas completamente ilegales a detenidos que preparaban su defensa con sus abogados. Aunque, como decimos, mucha gente que apoya a Garzón, se está haciendo un lío y mezclando ambos procesos, es muy importante separarlos. Con respecto a las escuchas la gente “de izquierdas” debería alegrarse, ya que una posible absolución de Garzón en este tema hubiera creado un peligrosísimo antecedente para destruir uno de los pocos derechos que nos van quedando si nos vemos inmersos en un proceso judicial: hablar con nuestro abogado para preparar nuestra defensa sin ser espiados por la policía.

Conviene que quienes tienen en un pedestal a Garzón por sus supuestas cruzadas contra el fascismo no pierdan de vista su actuación de muchos años cerrando siempre los ojos de par en par cuando detenidos puestos a su disposición manifestaban haber sido torturados. En no pocos casos la tortura saltaba a la vista en sus cuerpos. Garzón siempre tomó partido por la versión policial y nunca hizo nada por averiguar si alguna de esas torturas podía ser cierta. Gran paradoja para un supuesto perseguidor del fascismo.

También hay que recordar sus indiscriminadas persecuciones de tantos y tantos inocentes, a quienes mandó detener, encarcelar preventivamente (algunos denunciaron también torturas sin ser escuchados por el magistrado) y hacer pasar por penosos e inquisitoriales procesos en su afán de criminalizar a todo lo que oliera a izquierda vasca independentista. Nos acordamos de la Fundación Joxemi Zumalabe, de nuestro amigo el abogado navarro Pepe Uruñuela, del diario Egunkaria y de todo un rosario de personas arbitrariamente procesadas por Baltasar que finalmente resultaron absueltas por otros tribunales más objetivos.


Y por si fuera poco son célebres los revolcones que las salas juzgadoras de la propia audiencia nacional o del supremo han dado a las instrucciones realizadas por Garzón. Juez mediático y estrella más dedicado a cultivar su autoimagen en la tele que a trabajar con conocimiento y profesionalidad. Posiblemente este estrellato subido a la cabeza, y la costumbre adquirida de hacer con la ley y los procedimientos lo que le venía en gana, es lo que le ha llevado a tamaña chapuza judicial y delictiva como la que acaba de tumbar –por suerte- su triste carrera. Siempre le harán algún hueco en el partido del GAL. Dios los cría y ellos se juntan.

Nota de Tortuga.



Ramon Piqué y Marcel Dalmau (torturados): ’Garzón prueba ahora su propia medicina’

Ramon Piqué i Marcel Dalmau

El primer juez que desestimó las denuncias fue el juez Garzón. Él prevaricó cuando instruyó causas con declaraciones obtenidas bajo tortura....cinco días incomunicados en la Dirección general de la Guardia Civil, dónde fuimos objeto de múltiples torturas y maltratos...


Conocimos al juez Garzón el julio del 1992, justo antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Éramos una treintena de personas vinculadas a organizaciones independentistas. Nos trajeron ante él tras haber pasado cinco días incomunicados en la Dirección general de la Guardia Civil, dónde fuimos objeto de múltiples torturas y maltratos. Pese a las lesiones visibles que muchos de nosotros teníamos y nuestra denuncia durante la declaración, este juez no se inmutó y continuó instruyendo, como si aquello no tuviera nada a ver con él.

Pasaron doce años para que el Tribunal Internacional de Estrasburgo (DDHH) condenara el estado español por no haber investigado las denuncias de tortura, pese a que había suficientes indicios para hacerlo. El primer juez que desestimó las denuncias fue el juez Garzón. Él prevaricó cuando instruyó causas con declaraciones obtenidas bajo tortura.

Paradójicamente, ahora el juez prueba algo de su medecina —y no es ninguna frase hecha. El juez Garzón fue magistrado de un tribunal especial, heredero del franquismo, y todavía no ha sido juzgado por su responsabilidad en el centenar largo de denuncias por tortura de personas detenidas por orden suya durante su carrera en aquel tribunal heredero del TOP. Desde la Audiencia Nacional aplicaba leyes especiales denunciadas por todas las organizaciones de defensa de los derechos humanos, como por ejemplo las leyes de incomunicación policiaca, que facilitan la práctica de la tortura.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar la causa de fondo que explica la persistencia del franquismo en los tribunales y en las leyes —como por ejemplo la constitución del 78— que hacen posible esta contradicción del actual sistema judicial: el pacto político de ’la transición’ con el franquismo, pacto, subrayémoslo, que, lejos de haber sido revisado durante estos decenios en una dirección democratitzadora, tiende a posiciones antidemocráticas en aspectos esenciales.

La asunción de algunas posiciones franquistas por algunas fuerzas llmadas democráticas, como por ejemplo, la impunidad de la represión franquista y la prohibición del derecho democrático de autodeterminación de catalanes y vascos, solamente ha causado sufrimiento y frustración en muchos sectores de la población.
Nosotros damos pleno apoyo a los familiares que piden que los represores franquistas sean juzgados, pero no podemos hacer abstracción de la represión que sufrimos hoy como ciudadanos y como pueblo. Garzón ahora es víctima de la maquinaria jurídica de la cual formaba parte, pero en muchos aspectos continúa adherido a aquella maquinaria judicial y represora pactada con el franquismo, y constantemente reforzada por el PSOE y el PP.

Ramon Piqué

Marcel Dalmau
Associació Memòria Contra la Tortura (www.proutortura.net)

Traducció: Manel


Garzón, el juez que amparaba las torturas

Víctor Alexandre

"Cuando le decían los martirios que estaban sufriendo desviaba cínicamente la mirada [...] y se jacta de haber infiltrado agentes de los CESID en el independentismo catalán"

[Català]

No sento la més mínima simpatia pels implicats en la trama de corrupció de l’anomenat cas Gürtel. Per cap ni un. I encara menys per l’expresident valencià Francisco Camps. Al contrari, tant ell com els diversos dirigents del PP que hi estan implicats em repugnen ideològicament i, com diu el seu rei, seria per a mi un motiu de profunda satisfacció veure’ls tancats en el marc incomparable d’una presó. Tanmateix, com a demòcrata, confesso que em produeix un gran plaer veure el jutge Baltasar Garzón assegut al banc dels acusats en qualitat de delinqüent -cap jutge no pot violar els drets de les persones, encara que siguin a la presó- i sotmès només a una petitíssima part de la humiliació a què ell va sotmetre l’any 1992 una quarantena de persones innocents pel sol fet de ser independentistes. En aquell any, aquest fals demòcrata, va ordenar l’empresonament de diversos catalans als quals se’ls va aplicar la llei antiterrorista i van patir ferotges tortures a les dependències policials sense que fes absolutament res per evitar-les. Els mateixos torturats han explicat que quan els interrogava i li deien els martiris que estaven patint per part dels cossos de seguretat espanyols desviava cínicament la mirada cap el sostre per demostrar-los que tot el que deien era tan inútil com si ho diguessin a una paret.

Dotze anys després, l’any 2004, el Tribunal Internacional de Drets Humans d’Estrasburg, al qual van apel•lar les víctimes, va dictar sentència condemnatòria contra l’Estat espanyol per no haver investigat les denúncies de tortures practicades a una quinzena d’independentistes i el va obligar a indemnitzar els demandants amb 8.000 euros per a cadascun i a pagar 12.000 euros addicionals pels costos legals del procés. Garzón, però, no sols no s’avergonyeix d’aquells fets, sinó que en el seu llibre Un mundo sin miedo es vanta d’haver infiltrat agents dels CESID en l’independentisme català. Per tant, la imatge de defensor de la democràcia, de les llibertats i dels drets humans que s’ha fabricat és rotundament falsa i només forma part del seu projecte de glorificació personal. Un projecte que, per a reeixir, necessitava d’una tria molt acurada de casos que, ja fos pel nom dels implicats o pel ressò del procés -Pinochet, les dictadures xilena i argentina, els crims del franquisme...-, li donessin popularitat i notorietat internacionals fins al punt de postular-se per a Premi Nobel de la Pau.

Això, però, no impedeix que l’espanyolisme disfressat de progressisme que cada dia escampa la seva hipocresia políticament correcta a les tertúlies de les emissores de ràdio i televisió catalanes tingui la barra de llagotejar Garzón presentant-lo com a màrtir de la caverna espanyola quan, com sabem, la caverna espanyola està formada pel PP i pel PSOE, a parts iguals, amb uns ideals que es resumeixen en l’article 8è de la seva Constitució, aquell que diu que la tasca de les forces armades consisteix a esclafar militarment la voluntat d’independència pacífica i democràtica del poble català. Són, en definitiva, les mateixes veus i emissores que, revestides d’una galdosa neutralitat, no sols maquillen el passat de Juan Antonio Samaranch, Carles Sentís i Fraga Iribarne arran de la seva mort, com a membres destacats d’un règim de terror que va cometre milers de crims contra la humanitat, sinó que pretenen endolcir-ne la memòria tot fent-los passar per benefactors de la democràcia i fins i tot, en el cas dels dos primers, com a catalans insignes. És a dir, que mentre a Alemanya es repudia les figures destacades del nazisme, a Catalunya s’enalteix les figures destacades del franquisme. L’autoanomenada esquerra, coneguda també com a tripartit -PSOE, Esquerra i ICV-, fins i tot els ha arribat a homenatjar amb els màxims honors al Palau de la Generalitat. Són els mateixos hipòcrites que gosen parlar de memòria històrica i de víctimes i que amb una mà reivindiquen els defensors de les llibertats mentre amb l’altra glorifiquen els seus assassins.

Desconec quin serà el futur de Baltasar Garzón, però no me l’imagino a la presó. Els policies torturadors d’independentistes tampoc no hi han anat mai, a la presó. Me l’imagino, això sí, voltant pel món amb dietes sumptuoses i fent-se passar per màrtir de la intolerància. La mateixa intolerància que ell emparava amb el seu silenci quan eren torturats els independentistes catalans. A Baltasar Garzón, decididament, ningú no li posarà una bossa de plàstic al cap perquè s’asfixiï, ni el sotmetrà a vexacions sexuals perquè senti fàstic de si mateix, ni el baldarà a cops perquè digui que és espanyol, ni li aplicarà elèctrodes als genitals perquè xiscli de dolor. Garzón mai no sabrà què és això, perquè és un jutge que, quan un detingut li ho explica, en lloc d’escoltar-lo desvia els ulls i mira el sostre.

[Castellano]

No siento la más mínima simpatía por los implicados en la trama de corrupción del llamado caso Gürtel. Por ninguno. Y menos por el ex presidente valenciano Francisco Camps. Por el contrario, tanto él como varios dirigentes del PP implicados me repugnan ideológicamente y, como dice su rey, sería para mí un motivo de profunda satisfacción verlos encerrados en el marco incomparable de una prisión. Sin embargo, como demócrata, confieso que me produce un gran placer ver al juez Baltasar Garzón sentado en el banquillo de los acusados en calidad de delincuente -ningún juez puede violar los derechos de las personas, aunque sean en la cárcel- y sometido sólo a una pequeñísima parte de la humillación a que él sometió en el año 1992 una cuarentena de personas inocentes por el solo hecho de ser independentistas. En aquel año, este falso demócrata, ordenó el encarcelamiento de varios catalanes los que se les aplicó la ley antiterrorista y sufrieron feroces torturas en las dependencias policiales sin que hiciera absolutamente nada para evitarlas. Los mismos torturados han explicado que cuando los interrogaba y le decían los martirios que estaban sufriendo por parte de los cuerpos de seguridad españoles desviaba cínicamente la mirada hacia el techo para demostrarles que todo lo que decían era tan inútil como si lo dijeran a una pared.

Doce años después, en 2004, el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo, al que apelaron las víctimas, dictó sentencia condenatoria contra el Estado español por no haber investigado las denuncias de torturas practicadas a una quincena de ’independentistas y le obligó a indemnizar a los demandantes con 8.000 euros para cada uno ya pagar 12.000 euros adicionales por los costes legales del proceso. Garzón, sin embargo, no sólo no se avergüenza de aquellos hechos, sino que en su libro Un mundo sin miedo se jacta de haber infiltrado agentes de los CESID en el independentismo catalán. Por tanto, la imagen de defensor de la democracia, de las libertades y los derechos humanos que se ha fabricado es rotundamente falsa y sólo forma parte de su proyecto de glorificación personal. Un proyecto que, para tener éxito, necesitaba de una selección muy cuidadosa de casos que, ya fuera por el nombre de los implicados o por el eco del proceso-Pinochet, las dictaduras chilena y argentina, los crímenes del franquismo ... -, le dieran popularidad y notoriedad internacionales hasta el punto de postularse para Premio Nobel de la Paz.

Esto, sin embargo, no impide que el españolismo disfrazado de progresismo que cada día extiende su hipocresía políticamente correcta en las tertulias de las emisoras de radio y televisión catalanas tenga la barra de llagotejar Garzón presentándolo como mártir de la caverna española cuando, como sabemos, la caverna española está formada por el PP y por el PSOE, a partes iguales, con unos ideales que se resumen en el artículo 8 de su Constitución, aquel que dice que la labor de las fuerzas armadas consiste en aplastar militarmente la voluntad de independencia pacífica y democrática del pueblo catalán. Son, en definitiva, las mismas voces y emisoras que, revestidas de una galdosa neutralidad, no sólo maquillan el pasado de Juan Antonio Samaranch, Carles Sentís y Fraga Iribarne a raíz de su muerte, como miembros destacados de un régimen de terror que cometió miles de crímenes contra la humanidad, sino que pretenden endulzar su memoria haciéndoles pasar por benefactores de la democracia e incluso, en el caso de los dos primeros, como catalanes insignes. Es decir, que mientras en Alemania se repudia las figuras destacadas del nazismo, en Catalunya se ensalza las figuras destacadas del franquismo. La autodenominada izquierda, conocida también como tripartito-PSOE, Esquerra e ICV-, incluso les ha llegado a homenajear con los máximos honores en el Palacio de la Generalitat. Son los mismos hipócritas que se atreven a hablar de memoria histórica y de víctimas y que con una mano reivindican los defensores de las libertades mientras con la otra glorifican sus asesinos.

Desconozco cuál será el futuro de Baltasar Garzón, pero no me lo imagino en la cárcel. Los policías torturadores de independentistas tampoco han ido nunca, a la cárcel. Me lo imagino, eso sí, viajando por el mundo con dietas suntuosas y haciéndose pasar por mártir de la intolerancia. La misma intolerancia que él amparaba con su silencio cuando eran torturados los independentistas catalanes. A Baltasar Garzón, decididamente, nadie le pondrá una bolsa de plástico en la cabeza porque se asfixie, ni lo someterá a vejaciones sexuales para que sienta asco de sí mismo, ni el baldarà a golpes para que diga que es español, ni le aplicará electrodos a los genitales porque chilla de dolor. Garzón nunca sabrá qué es eso, porque es un juez que, cuando un detenido se lo explica, en lugar de escucharlo desvía los ojos y mira el techo.

http://www.victoralexandre.cat/inde...



Garzon y la represión "democrática" —

Jose Luis Forneo

El juez Garzón, hoy aclamado por progres de todo el estado español por estar acusado y juzgado por prevaricacion en relacion a la "represion franquista", e identificado habitualmente como el gran "defensor de los derechos humanos", no es tan modélico como nos hacen creer.

De hecho, ha sido, ademas de sus acciones plausibles, pero sin resultado alguno, contra Pinochet o el franquismo, un complice habitual de la "represion democrática", y en su curriculum tiene manchas como la del cierre del diario Egin, que luego resultó haber sido injusta y (evidentemente) intencionada por motivos politicos, ser el azote de los presos incomunicados por la aplicacion de la ley antiterrorista, de dudoso respeto a los derechos humanos, como ha afirmado el propio relator de la ONU en este tema o instituciones como Amnistia Internacional, e incluso se ha caracterizado por negarse a investigar las torturas del presente, por lo que el estado español ha sido condenado en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Por ejemplo, en la llamada "Operación Garzon", operacion contra el independentismo catalan anterior a las olimpiadas de Barcelona en 1992, el superjuez que hoy esta siendo victima de su propia medicina, fue el responsable de la detencion y tortura de un grupo de jóvenes, negandose ademas ha investigar las denuncias al respecto hechas por los detenidos. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó despues al Estado español por haber vulnerado el artículo número 2 de la Convención contra la Tortura por no haber investigado las denuncias por tortura a pesar de las evidencias existentes.

Aquella condena fue literalmente una condena de prevaricación (por no haber hecho lo que por ley exigia) y uno de los máximos responsables jurídicos de esta prevaricación era, precisamente el juez Garzón. Y lo peor de todo es que aquella no fue la única vez, pues el juez Garzon, tan alabado por intentar investigar el pasado, siempre ha sido un fiel aplicador de las leyes del presente; un presente diseñado por el franquismo represor que todavia sigue muy vivo en nuestra "democracia", en sus instituciones, partidos y empresas, y en la que se sigue reprimiendo y torturando, e incluso cerrando periodicos sin base legal alguna, provocando su ruina economica y la de sus trabajadores.

Por supuesto que pocos jueces, y mucho menos Garzón, uno de los decididos defensores del régimen actual y sus leyes, esas mismas leyes que hoy le reprimen a él injustamente, tambien por motivos politicos, van a denunciar, exigir o luchar para que todos los complices y continuadores del franquismo que siguen actuando impunemente o permanecen aun sin ser juzgados, sean llevados a donde se merecen: entre rejas. O, mucho mejor, a campos de trabajo, para que por una vez en su vida, los Borbones, Fragas, Suarez, Zapateros, Rajoys, Aznares y Botellas, Botines, Albas y Rubalcabas, y resto de gentuza como ellos, sepan lo que es currar.

Veamos el comunicado que han hecho unas de las muchas victimas de la represión "democrática" a la que el señor Garzon jamas ha perseguido (es mas, ha sido habitualmente su cómplice). Se trata de los encausados por el juez Garzón el verano de 1992, poco antes de los Juegos Olímpicos, en una macrooperación contra el independentismo catalán.

"El juez Garzón, poco antes de los juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, aprobó nuestra incomunicación en dependencias de la Guardia Civil. Los días que permanecimos detenidos fuimos objeto de tortura, muchos de nosotros teníamos llagas visibles que evidenciaban el trato que habíamos recibido. Todos nosotros declaramos ante el juez Garzón sin que éste hiciera absolutamente nada para saber el origen de las lesiones que presentábamos. Muchos de nosotros hicimos mención explícita del trato recibido sin que el juez inmutase.

Garzon en el gobierno de Felipe GALzalez

El juez Garzón utilizó las declaraciones extraídas bajo tortura para instruir su causa. Las denuncias por tortura fueron archivadas todas, sin excepción. Ni él como juez de la Audiencia Nacional, ni ninguna otra instancia judicial española, hicieron ningún tipo de investigación.

Tuvieron que pasar doce años para que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenara al Estado español por haber vulnerado el artículo número 2 de la Convención contra la Tortura por no haber investigado las denuncias por tortura a pesar de las evidencias existentes. Esa condena fue literalmente una condena de prevaricación (por no haber hecho lo que por ley tocaba) y uno de los máximos responsables jurídicos de esta prevaricación era, precisamente el juez Garzón. Este juez y el aparato político y jurídico español, sin embargo, ignorar la sentencia y no se depuraron ningún tipo de responsabilidades.

El mismo juez fue el responsable judicial de nuestra detención y tortura a manos de la Guardia Civil.

El juez que fue responsable de nuestra detención y tortura es hoy víctima de su propia medicina. Quien hoy juzga el juez Garzón forma parte del mismo entramado jurídico-político que él, y si se sale, el juez Garzón seguirá aplicando las leyes como siempre, y probablemente la incomunicación y la tortura, continuará formando parte de su decálogo y de su manera de instruir.

La tortura y la impunidad es una constante sin solución de continuidad desde la muerte del dictador. Los sectores que pactaron la llamada transición dejaron intactas una parte importante de la estructura del estado franquista. El ejemplo más paradigmático es la Audiencia Nacional, heredero directo del Tribunal de Orden Público franquista, que ha desempeñado un papel especialmente represor contra el independentismo catalán de los años ochenta y noventa, y que sigue siendo la fórmula elegida por el Estado para resolver determinados conflictos políticos.

Egin, el diario cerrado por Garzon sin motivo legal alguno
La impunidad que nosotros vivimos, pues, tiene raíces en el franquismo y parte de los motivos por los que fuimos detenidos tienen también que ver con aquel período y con la forma en que se quiso cerrar.

Más de treinta años después de la muerte del dictador la tortura sigue siendo una lacra en el Estado español ya pesar de los informes y las sentencias internacionales del aparato jurídico-político del Estado español continúa negando la tortura. Cabe apuntar que según datos de la Coordinadora para la Prevención de la Tortura en el Estado español la cifra de denuncias supera las seis mil desde inicios de siglo XXI. Como víctimas de la tortura, queremos manifestar que no estamos de acuerdo con que este juez se siente en el banquillo de los acusados debido a la iniciativa que muchas asociaciones y personas anónimas están llevando adelante desde hace años en contra de la impunidad franquista ya favor de las víctimas del alzamiento fascista, asociaciones y personas que cuentan con todo nuestro apoyo.

Como víctimas de la tortura quisiéramos ver en el banquillo de los acusados los agentes que nos torturaron y sus responsables políticos y judiciales.

Como víctimas de la tortura quisiéramos ver el juez Garzón en el banquillo respondiendo por su pasividad ante los cientos de personas torturadas que han pasado delante de él.

David Martínez
Eduard López
Eduard Pomar
Esteve Comellas
Guillem de Pallejà
Jaume Oliveras
Joan Rocamora
Jordi Bardina
Josep Poveda
Marcel Dalmau
Oriol Martí
Pep Musté Ramon López
Ramon Piqué
Vicent Conca
Xavier Ros

Encausados por el juez Garzón el verano de 1992, poco antes de los Juegos Olímpicos, en una macrooperación contra el independentismo catalán".

http://www.lahaine.org/index.php?p=59094



Ver también:

Voy con Miguel Carcaño y contra el juez Garzón

Elementos para entender la condena a Garzón por las escuchas a abogados