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Artieda se mantiene en lucha contra la ocupación de sus tierras

Viernes.9 de noviembre de 2012 319 visitas Sin comentarios
Diagonal. #TITRE

ZARAGOZA | EL RECRECIMIENTO DEL PANTANO DE YESA SIGUE A PESAR DE LOS RECORTES

La policía cargó brutalmente el 10 de octubre contra 200 personas del pueblo zaragozano de Artieda y alrededores que rechazan la ampliación del pantano de Yesa.

Nacho Escartín / Zaragoza

El pasado 10 de octubre la Confederación Hidrográfica del Ebro citó a los propietarios de las tierras del pueblo de Artieda, Zaragoza, y a su Ayuntamiento para un nuevo acto de levantamiento de actas que diera el visto bueno a la ocupación de sus terrenos para las obras de recrecimiento del pantano del Yesa.

Esa mañana, por cuarta vez en este año, hasta 200 personas procedentes de varios pueblos vecinos y otras llegadas desde Aragón, Euskal Herria, Catalunya o Francia, acompañaron a los vecinos de Artieda.

“En otras ocasiones, los funcionarios de la Confederación Hidrográfica del Ebro se retiraban de Artieda, acompañados de la Guardia Civil, ante la resistencia pacífica de las personas que obstaculizábamos su entrada”, explica Carlos, habitual en estas convocatorias. Pero ese día, los antidisturbios llevaron a cabo una carga brutal contra un grupo de personas de todas las edades. “Los funcionarios se encontraron un cordón humano que impedía su acceso y la firma de las actas”, relata Carlos. Doce personas resultaron heridas en una acción policial que fue grabada y publicada en numerosos medios de comunicación.

Contra la ocupación de tierras

La mayoría de las personas del municipio se niegan al recrecimiento de la presa. Los jóvenes del municipio explican: “Si firmamos estas actas perderemos tierras de cultivo que almacenan la historia de las familias que durante siglos han vivido de ellas. Se acabaría así el pasado de un pueblo de agricultores y ganaderos que siempre ha intentado construir su futuro de la forma más digna posible”.

Artieda es un pueblo de cien habitantes que cuenta con una generación de jóvenes que no deja de repetir: “Queremos vivir aquí”. A pesar del riesgo de rotura de la presa de Yesa, a pocos kilómetros, y de los actuales problemas de financiación, las obras derivadas del proyecto de recrecimiento siguen su curso.

El proyecto consistía, originalmente, en triplicar la capacidad del embalse actual, para pasar de 490 a 1.500 hectómetros cúbicos, duplicando la superficie inundada, incluido el casco urbano de Sigüés y las mejores tierras de éste, Artieda y Mianos, y que afectaría a cerca de 400 personas. Luis Solana, presidente de la Asociación Río Aragón contra el pantano de Yesa, critica que “para hacer un trozo de pista de unos dos kilómetros nos expropian fincas completas de hasta ocho hectáreas y una de las propiedadesmás importantes del Ayuntamiento, que resulta vital para su solvencia económica”. Solana añade que “esto se hace bajo la fórmula de un procedimiento de ocupación urgente que lleva fecha de 2001”. Para José Manuel Nicolau, biólogo y profesor de Ecología de la Universidad de Zaragoza: “Siguen insistiendo después de 30 años en recrecer el pantano de Yesa, impulsados por las ‘apetencias trasvasistas’ para la especulación en Levante”.

En esta misma línea, la Asociación Río Aragón denuncia que “lejos de la racionalidad que debiera imperar en estos momentos, el recrecimiento se ha convertido en una causa política instrumentalizada. Si el PP impulsa Yesa, como lo han hecho gobiernos anteriores y con la complicidad del Partido Aragonesista (PAR), es porque resulta no sólo compatible sino imprescindible para cualquier intento de trasvase del Ebro que, antes o después, anunciarán con claridad”.

Por su parte, el economista y profesor de la Universidad de Zaragoza Jorge Bielsa argumenta que “el mero análisis económico hace absolutamente inviable el recrecimiento de Yesa. En estos momentos de crisis existen múltiples lugares donde la inversión resultaría infinitamente más oportuna. Además, el uso programado no es ni de lejos, en el escenario actual, el mejor para nuestros ríos de régimen mediterráneo”. Se da la paradoja de que las escasas lluvias de los últimos meses han dejado el actual vaso del pantano a un 14% de su capacidad.

Pese a ello, desde la Asociación Río Aragón se apunta que “en los últimos Presupuestos Generales del Estado se eleva el presupuesto de los 300 millones de euros de 2012 hasta 352,5. Si consideramos que la adjudicación de las obras de recrecimiento se produjo por 113,5 millones, constatamos un incremento de hasta el 312%, algo escandaloso frente a los fortísimos recortes que se están imponiendo en educación o sanidad”.

Las reacciones por la carga policial en Artieda no se han hecho esperar entre organizaciones políticas y ecologistas como Coordinadora de Afec­tados por Grandes Embalses y Tras­vases (COAGRET), Ecologistas en Acción, Asociación Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, el partido nacionalista independentista Puyalón de Cuchas (cuyo primer concejal está en Artieda), Izquierda Anticapitalista, Chunta Aragonesista, IU, Equo y CGT, entre otros, no se han hecho esperar. COAGRET pide la dimisión del delegado de Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde.

Una semana después de la carga policial en Arieda, tres personas tuvieron que ir a declarar al juzgado, acusadas de alteración de orden público, atentado a la autoridad y lesiones.

En los últimos 30 años se han sucedido las acciones judiciales ymovilizaciones pacíficas contra el pantano de Yesa, que nadie duda que seguirán a pesar de los golpes. María Jesús, vecina afectada por las expropiaciones, escribe a sus hijos de Artieda: “Puede que no heredéis nuestras tierras, pero sí la dignidad de un pueblo que sólo quiere vivir aquí”.

Historia de los desalojos de Yesa

El pantano de Yesa, en Zaragoza, se proyectó en los años 20 bajo la dictadura de Primo de Rivera. El embalse se pensó para trasvasar las aguas del río Aragón (afluente del río Ebro por su izquierda) al canal de las Bardenas. En 1936 comenzaron las obras y se inauguró en 1959, en pleno Franquismo. La comarca de la Alta Zaragoza (Jacetania, Pirineo aragonés) vio inundadas 2.400 hectáreas de sus mejores tierras y un balneario de aguas termales de origen romano. Se acabó con los servicios básicos del pueblo de Tiermas, como la escuela o el médico, y se impuso la despoblación de Tiermas, Ruesta y Escó, que hasta 1950 contaban con unos 1.450 habitantes. En la actualidad, se quiere inundar más tierras del entorno de Yesa.

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