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A Alicante no le dejan leer en valenciano

Jueves.8 de noviembre de 2018 195 visitas Sin comentarios
El ayuntamiento de la ciudad pone obstáculos a la celebración de una feria del libro en valenciano. #TITRE

Raquel Andrés Durà
Periodista

Recuerdo cuando, siendo una niña, en el colegio extendieron el aprendizaje del valenciano más allá de su propia asignatura: los libros de Conocimiento del Medio y después Geografía e Historia demostraron que el valenciano era transversal y que iba más allá de una clase de lengua. Aunque a decir verdad, en aquella época todos veíamos los populares dibujos de Bola de Drac en la TV3 con total normalidad, sin que nadie nos machacara con que Goku hablaba una lengua diferente. Pero claro, era una niña y los intereses políticos me quedaban muy lejos.

Recuerdo que aquella decisión de ampliar el valenciano en la línea en castellano suscitó la indignación de muchos padres y madres, todo sea dicho, ante la indiferencia e incomprensión de la chavalada. No sé qué edad teníamos, pero sí sé que nos daba bastante igual.

Un poco más mayor, ya en el instituto, me entremezclé con compañeros de pueblos de los alrededores, muchos valencianoparlantes que cambiaban de lengua al acercarse a la city. Porque tenían el tesoro y el privilegio de ser absolutamente bilingües y de cambiar la lengua según el entorno. Cuando ya estudiaba en la universidad, en Barcelona, y volvía algunos fines de semana a Alicante, un comentario muy habitual de mis amigos –de la city- era si alguien me hablaba en castellano, porque claro, en Catalunya todos hablan en catalán y ni de asomo se pasan al castellano.

¿Y todo esto por qué lo cuento? Para que se hagan una mínima idea de cómo está el tema de la lengua autóctona en mi Alicante natal. Mis abuelos hablaban valenciano, pero entre ellos y yo, hubo una generación –y una larga dictadura- que dejó de usarlo. A eso le tenemos que sumar 20 años de Partido Popular, que siempre ha abanderado un peculiar valencianismo sin valenciano.

En la calle no se habla. Muy, muy poco. Y no porque no se conozca la lengua: hagan el experimento de dirigirse en valenciano al de la gasolinera, a la del bar o al pescatero, que se llevarán una sorpresa en muchos casos. Es que se ha ido filtrando un discurso de odio que hoy solo será posible revertir con mucha pedagogía y paciencia.

El Ayuntamiento de Alicante retira el apoyo a la Plaça del Llibre porque considera que beneficia a sectores “favorables al independentismo”

Y en estas que al ‘gobierno del cambio’ en Alicante, el de la frustrada unión de PSOE, Guanyar Alacant y Compromís, les da por fomentar el valenciano con cartelería por toda la ciudad en esta lengua y con el evento anual de la Plaça del Llibre, en la plaza del Ayuntamiento. Fue una iniciativa de La Cívica-Escola Valenciana y la Fundació pel Foment del Llibre i la Lectura (FULL) apoyada por el consistorio con el permiso de ocupación de la plaza y con una subvención de 15.000 euros.

Pero este año, el PP ha recuperado el gobierno y ha decidido dejar de apoyar el evento. Así que si quiere continuar, las entidades colaboradoras deberán asumir todos los costes y buscar un espacio no municipal, como se hacía en València durante el mandato de Rita Barberá, en el Centre Octubre, con nocturnidad y alevosía. En Alicante ahora se retrasará hasta, al menos, enero de 2019, y podría acabar en un edificio de la Universidad.

El motivo que ha dado el PP es que la feria “no ha cumplido con el objetivo de favorecer la promoción del valenciano y solo ha servido para beneficiar a sectores nacionalistas próximos a Compromís, e incluso favorables al independentismo”. Se refieren a colaboradores tan incendiarios como La Cívica-Escola Valenciana, la Universitat d’Alacant, la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), la delegación de Alicante del Institut d’Estudis Catalans, el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert (dependiente de la Diputación de Alicante, del PP por cierto), el Gremi de Llibreters Independents de les Comarques d’Alacant y el Gremi d’Editors.

Decir que la venta de libros en catalán-valenciano beneficia a sectores favorables al independentismo es no es ignorancia, es “echar gasolina al fuego del odio”, como me dice el exdelegado de Cultura de Alicante, Daniel Simón. Y tiene razón, si el PP quiere seguir ejerciendo el papel de fuerza democrática, debe hacer un ejercicio de responsabilidad para no alentar discursos que dividen, polarizan y dan alas a la ultraderecha.

Se equivocan quienes relacionan el procés y el “independentismo catalán” con una feria de libros en valenciano. Y más en un territorio donde es más que necesaria una política lingüística de discriminación positiva hacia la lengua ultraminorizada. Hasta el cura de El Quijote salvó de la quema un libro en valenciano, el Tirant Lo Blanch. No serán, pues, libros tan peligrosos ni sediciosos.

La Vanguardia

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