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"15-M: 15 mentiras"

Lunes.14 de mayo de 2012 999 visitas Sin comentarios
Espeluznante artículo del Diario La Razón. #TITRE

Reproducimos este artículo del diario La Razón el cual hace una valoración general del Movimiento 15-M con tintes histéricos, desde una visión política que va más allá del simple conservadurismo y con desprecio inaudito por la objetividad y veracidad. Irónicamente lo mismo que tratan de criticar con su titular. Esta catarata de excesos periodísticos e ideológicos nos parece ilustrativa de los momentos de nerviosismo que viven los sectores inmovilistas del estado. Un nerviosismo ante los movimientos políticos que eclosionan con motivo de la crisis y ante lo que podría llegar a pasar, por supuesto, en detrimento de sus privilegios.

El asunto es delicado y no se trata ni de ridiculizar ni de demonizar. Comprendamos los exabruptos de La Razón como simples muestras de atrincheramiento causadas por el pánico. Sepamos interpretar lo que está ocurriendo en unos y otros sectores de la población para no incurrir en simplificaciones totalizantes que puedan engordar la sensibilidad fascista que acecha siempre tras estas situaciones. Pensemos en el partido neonazi griego. Nunca salió nada bueno del frentismo, del acumular sensibilidades frente un sector social o político al cual se demoniza sin cesar.

Es importante saber caminar hacia la superación del capitalismo y el sistema liberal no-democrático con toda la radicalidad y confrontación necesaria, pero siempre con propuestas en positivo y con un proyecto político que apueste irrenunciablemente por la Verdad y no por mentiras o verdades a medias "tácticas". Se supone que somos la alternativa, no más de lo mismo. Nota de Tortuga.


Un camino a la deriva

Coincidiendo con el primer aniversario de los «indignados», LA RAZÓN analiza hoy en sus páginas del movimiento que quiso cambiar la economía y la política españolas.

Menos «indignación» que hace un año. Sólo 3 de cada 10 ciudadanos se sienten «representados» por el 15-M.

Alfonso Merlos

No son parte de la solución sino del problema. Sus propuestas pretendidamente revolucionarias, aplicadas como un programa compacto para la regeneración de la vida pública, en absoluto contribuirían a mejorar el sistema de libertades y el Estado del Bienestar en España. Al contrario. Aquellas que tienen un punto de sensatez, y que habían reivindicado por numerosas asociaciones cívicas antes de aquel 15-M, están siendo estudiadas o incluso aplicadas por el Gobierno de Rajoy. Por el contrario, las iniciativas que aparentan ser la piedra para la salvación de los ciudadanos conducirían a este país directamente al desastre y la quiebra: nos reducirían a una comunidad de parias dentro del concierto internacional de naciones. Sin más.

La historia de este fenómeno, devenido esencialmente en una plataforma antisistema y a la deriva, es la historia de un engaño. Bajo el legítimo objetivo de promover una democracia más participativa, tras la denuncia razonable de los vicios del bipartidismo PP-PSOE, más allá del rechazo hasta comprensible del desmedido dominio de grandes bancos y potentes corporaciones multinacionales, al otro extremo de la noble defensa de una auténtica división de poderes había y hay un colosal proyecto propagandístico orquestado por la izquierda extrema.

Los correligionarios del 15–M, muchos desde su ignorancia y por consiguiente de forma instintiva, han puesto en práctica principios clave en la manipulación de masas como el de la simplificación, el contagio, la exageración, la silenciación, la caricaturización o el principio de unanimidad. En efecto, han tratado a vastos grupos de personas como a un rebaño, haciéndoles creer que todas pensaban exactamente lo mismo porque estaban en posesión de una indiscutible verdad. Pero ha sido precisamente el recurso saturado a infinidad de técnicas goebelsianas el que ha hecho más descarnadas las 15 mentiras principales que van aparejadas a esta vanguardia de heroicos luchadores:

15-M: 15-Mentiras

1.- Es mentira que se esfuercen en proteger las raíces de la democracia. Las arrancan de cuajo y sin contemplaciones siempre que violan las leyes y disposiciones de las autoridades, algo que han hecho a menudo y enfundándose en un cínico victimismo.

2.- Es mentira que estén desligados de los movimientos antisistema. No propugnan la reforma del actual estado de cosas sino, por subversiva elevación, la destrucción del orden establecido para levantar otro: el clásico sueño utópico de no pocos totalitarismos.

3.- Es mentira que presenten herramientas concretas para el cambio. Simplemente han trazado unas líneas-fuerza y objetivos a conquistar, muchos inaceptables en el mundo desarrollado y en la Europa civilizada, menos bien entrados ya en el siglo XXI.

4.- Es mentira que defiendan a los políticos responsables. Los han criminalizado en su conjunto confundiendo deliberadamente a justos con pecadores, a ejemplares con incompetentes, a formidables gestores con ladrones y gorrones, negándose por añadidura a condenar casos flagrantes de corrupción protagonizados por cargos públicos y sindicalistas de «la izquierda».

5.- Es mentira que defiendan a quienes están sufriendo la crisis. Sus salvajes estragos han generado pérdidas extraordinarias a honrados comerciantes que luchan cada día por sobrevivir y que han visto atacados sus derechos, sus libertades y sus propiedades con daños calculados en decenas de millones de euros.

6.- Es mentira que quieran más democracia y que la soberanía resida en el pueblo. Propugnan, simplemente, la ruptura hacia un modelo mixto de perfiles socialistas, comunistas y anarquistas: en absoluto se sienten incómodos con experimentos como los bolivarianos, que tanto daño han hecho a las sociedades abiertas.

7.- Es mentira que sean pacifistas. Han cruzado la línea de la desobediencia civil o la objeción de conciencia, ejerciendo la violencia a través de tácticas de guerrilla urbana que en casos concretos como en Cataluña han representado una verdadera vergüenza nacional.

8.- Es mentira que crean implacablemente en el sufragio. Si no hubiese partidos de su gusto a los que poder votar, ya habrían fundado uno (superando su pereza y trascendiendo sus alborotos) para poder ejercer un derecho político y constitucional sagrado en la modernidad.

9.- Es mentira que se rebelen contra toda forma de injusticia social. Carece de toda justicia que, en su obsesión por privatizar los espacios de todos por la vía de los tenderetes, hayan hurtado a compatriotas corrientes y molientes de su libertad de movimientos llegando a dañar la propia salud pública.

10.- Es mentira que sean solidarios. Si así fuese, no estarían ocupando las plazas de España sino, de forma callada, ayudando a servir platos de sopa a los hambrientos y los pobres que se multiplican cada día en este país y encuentran el amparo en organizaciones vinculadas a la Iglesia.

11.- Es mentira que sean apartidistas. Sencillamente se oponen a «algunos» partidos que no son de su agrado: los que propugnan, con mayor o menor acierto, programas de gobierno socialdemócratas, liberales o conservadores.

12.- Es mentira que se organicen de forma horizontal. En la planificación, la ejecución y el control de sus acciones se rigen, en última instancia y en los momentos decisivos, por patrones verticales de corte soviético.

13.- Es mentira que se rebelen contra toda forma de impunidad. Se han esforzado en cortocircuitar las penas y las multas para muchos de los que, más allá de las soflamas de turno, han perpetrado delitos tipificados en el Código Penal.

14.- Es mentira que representen lo que la mayoría piensa. Sus acólitos no se miden por millones ni en las calles (como se comprueba ya estos días), ni en los registros de firmas de sus manifiestos (basta con acceder a sus páginas en internet).

15.- Es mentira que sean inconformistas. Hay que ser mansos y oportunistas para generar estallidos de rebeldía sólo cuando el calendario y el buen tiempo lo ponen en bandeja.

El origen de tanto truco y trampa, de tanta trola, es uno y claro. Como aquel infausto presidente del Gobierno del que se libró España no hace tanto tiempo, los mariachis del 15-M entienden que la libertad los hace verdaderos. Ignoran que es la verdad la que nos hace libres.

De la protesta a la política sin renegar

Surgió de forma espontánea, propiciado por el descontento con la ley Sinde, pero el movimiento «indignado» –que proclamó en su nacimiento su intención de rebelarse contra la clase política, con la que no se sentían representados– ha degenerado en su primer año de vida precisamente hacia las ideologías más propias de la izquierda radical. Si ya tras su primer mes de acampada se constató que el movimiento no estaba formado sólo por descontentos con el sistema español, hoy, un año después, uno de sus primeros cabecillas está sentado en el Congreso como diputado de Izquierda Unida por Málaga. No es el único caso. Las diferencias sobre qué rumbo tomar han dividido también a la cúpula de Democracia Real Ya.

http://www.larazon.es/noticia/7936-...