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´Mis mentiras en Canal 9 fueron tantas que un día empiezas a sentir vergüenza´

Miércoles.6 de noviembre de 2013 724 visitas - 1 comentario(s)
Confesiones de una extrabajadora de la tele del gobierno valenciano. #TITRE

Nunca es tarde si la dicha es buena. Pero en todo caso, no parece mucho mérito decir estas cosas ahora que se es ex-trabajadora, después de tanto y tanto tiempo colaborando con la implantación del pensamiento único. Si la empresa no tuviese anunciado su cierre, y la trabajadora siguiese en plantilla ¿denunciaría estas cosas?, ¿se plantaría ante los atropellos? ¿O más bien seguiría tragando? Pensamos que este tardío escrito, medio confesión, medio crítica despechada, retrata bastante bien, no solo a los medios de comunicación, sino a los profesionales que trabajan en ellos. Muestra a las claras como se pliegan, se venden y colaboran con la divulgación de la mentira para mantener sus trabajos asalariados. ¿Qué enseñan exactamente en las facultades de periodismo? Nota de Tortuga.



Una extrabajadora de Canal 9 relata cómo el PPCV convirtió la televisión pública en su cortijo particular

“Mis mentiras en Canal 9″, es el post que ha difundido la periodista Iolanda Marmol, extrabajadora de la radiotelevisión pública valenciana, sobre su trabajo en el ente público. Trata de resumir la manera en la que el Partido Popular utilizó a su antojo este medio como órgano de propaganda dinamitando su prestigio y credibilidad. Reproducimos el texto de Iolanda:

Mis mentiras en Canal 9

Recuerdo cuando nos exigían grabar a Eduardo Zaplana de su perfil bueno. Y la oda que me encargaron sobre él cuando dejó la presidencia de la Generalitat Valenciana para ser ministro. También recuerdo la bronca y los gritos que me dedicaron cuando en ese video de retrospectiva Zaplana aparecía en una imagen con la tránsfuga que le había permitido hacerse con la alcaldía de Benidorm. Recuerdo poco después, cuando de ser el Elegido, paso a ser en inmombrable. Cómo nos prohibieron que apareciera en los planos. Cómo buscaba perífrasis absurdas cuando no podía nombrarle en mis directos en los leones, a pesar de ser el portavoz del PP en el Congreso.

Cuando Camps impuso su ley en Canal 9. Cuando nos dieron la orden de dejar de llamarle Francesc para que fuese llamado Francisco, coincidiendo con la época en que se postulaba como posible sucesor de Rajoy. Cuando trataron de prohibirme que contase que Zaplana dejaba su escaño en el Congreso. Cuando me prohibieron decir que Zapatero había anunciado el cheque-bebé, como si de este modo los valencianos no fuesen a conocer la noticia. Cuando escribías ‘fracaso estrepitoso’ y te lo cambiaban por ‘éxito discreto’. Cuando nos desplegaron para loar las maravillas de Terra Mítica en su inauguración y no podíamos decir que no había ni una sombra. Cuando me reñían porque me salía el acento catalán ‘y eso molesta a los blaveros’.

También recuerdo cómo corría el cava en las plantas de dirección de Canal 9 en Burjassot las noches electorales de mayorías del PP, mientras que los redactores comíamos bocatas de salami. Cuando se pagaban directos millonarios para que Camps saliese hablando en directo en pleno Amazonas. Y los millones de veces en las que no me dejaron poner declaraciones de la oposición. O de cualquier ciudadano que criticase al PP, o a la Generalitat. Y recuerdo también cuando nos prohibieron decir ‘recortes’. Tampoco pude decir que miles de manifestantes gritaban contra el gobierno. Los manifestantes no ‘colapsaban’el Paseo del Prado, la manifestación ‘transcurría por’. Y no poníamos pancartas explícitas contra Rajoy, ni contra el PP. Y fueron tantas, tantas, que un día empiezas a sentir vergüenza de trabajar para ellos. Ahora se termina. Injustamente. Pero lo ganaron a pulso.

Diario Información


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  • Pues totalmente de acuerdo con la introducción del artículo, pero yo añadiría que antes no lo hizo ella, pero si a lo mejor lo hicieron otros y se fueron a la calle, con su indiferencia o tal vez, quien sabe, con su desprecio.
    Es el victimismo de los verdugos, en este caso, que los hay y bastantes, entre los trabajadores, o como dice un colega, no son verdugos son cucarachas, que disfrutan de derechos por los que no han luchado y cuando se luchan por ellos, estas cucarachas no mueven un dedo o incluso torpedean la lucha de otros para luego subirse al carro.
    No obstante viene bien saber todo esto para tener claro lo que enseñan de Periodismo en la universidad, a ser mercenarios.
    Salud